—Hace bastante tiempo que soñaba con poder hacer esto —dijo Abraham luego de explicar en lo que consistiría mi nuevo trabajo—, pero le tenía algo de miedo. No creía poder solo, y no me atreví a contratar a alguien. Pero ahora que estás aquí creo que lo mejor es intentar y hacer tanto como podamos. —¿Estás consciente que todo lo que me pides hacer es algo que nunca he hecho y para lo que no estoy preparada? —cuestioné revisando los papeles entre mis manos. —Yo estoy seguro de que es algo que puedes hacer. Negué con la cabeza. No tenía ni la más mínima idea de dónde había sacado la seguridad de creer tal cosa, pero me imaginaba que bien podría ser de un sueño loco. —Estás loco —aseguré—. Yo no… —No —me interrumpió—, no voy a dejar que digas que no puedes, porque no lo sabes aún. —As

