Pov: Jack
— Si le pones el jugo del limón quedará muy ácido, solo le pones la cáscara, con cuidado de no rallar la parte blanca —lo intento con cuidado—, así es, tienes el don, niño, te haré mi ayudante de pastelería uno de estos días —sonrío ante las palabras de la señora Gibson.
— A veces pienso que en otra vida fui pastelero, aunque no combina conmigo, se me da muy natural —coloco en la sartén la preparación y hago las tortitas.
— La otra vez vendí los pastelitos que tú hiciste y no dejaron de darme elogios, Jack, deberías hablarle al señor Nell, podrías...
— ¡Jack, entró el camión de harina! —sonrío y dejo todo.
Limpio mis manos en mi remera.
— Quisiera, señora Gibson, pero debo trabajar, lo siento —me alejo apresurado para entrar los costales de harina.
— ¡Aquí estoy, se
