ALEKSÉI
—Te necesito, Magnus. Por favor...
Joder, la manera en la que esas palabras salen en un excitado jadeo de sus gruesos y rosados labios hacen que mi polla se ponga dura como piedra, a tal punto que siento mis bolas tensas y ni siquiera me he tocado. Pensé que su celo empezaba mañana... iba a realizar todos los preparativos hoy para asegurarme de que todo suceda con el mínimo de inconvenientes.
Pero ahora... ni aunque quisiera podría separarme de él. Tendré que improvisar.
No mentiré, me pone de los nervios lo que pueda pasar una vez logre reclamarlo como mi compañero. Pero ya no puedo esperar más. No quiero esperar más.
Rápidamente lo recojo de la silla y lo cargo al estilo princesa para llevarlo a mi habitación. Estoy desesperado por poseer su cuerpo, pero de ninguna manera s
