Bajé las escaleras lentamente. No olvidé traer conmigo el palo en la mano y las gafas de sol. Así es como debería verme. ¿No estoy todavía fingiendo ser ciega?
Mientras estaba en el último paso, pude ver la figura de un joven con una camisa azul cielo sentado en el sofá de la sala de estar.
Me acerqué a él caminando lentamente. Volvió la cabeza hacia mí.
Es joven. Parece tener la misma edad que yo. ¿Es cierto que él es el médico que me examinará?
—Buenas tardes, señora Delia, soy Ryan, el médico que lo examinará, reemplazando los deberes del doctor Richard —dijo rotundamente.
—Buen día —respondí. —Por favor, siéntate —Él asintió e inmediatamente golpeó sus nalgas contra el sofá.
—Mbok Yem, por favor traiga una bebida al Doctor. ¿Qué quieres beber? —Soy amable.
—Lo que sea —respondió
