—Un caso de crimen, mamá. Recuerdas cuando te conté que había ayudado a alguien que había sido atacado, pues fue a Delia —explicó el doctor Ryan, a lo que su madre respondió con una expresión de sorpresa. —Entonces, ¿fue Delia la que fue atacada? Oh, Dios mío, hija. Estás bien, ¿verdad? —Asentí con una leve sonrisa. —Cómo puede haber una persona tan mala. Menos mal que tienes la ayuda de Darwin, seguro que te ayudará a resolver los problemas legales que te enredan —dijo, haciendo que sus labios se curvaran en una sonrisa de nuevo. —Aquí, mamá, es aquí —dijo el doctor Ryan, deteniendo el coche justo en una tienda de telas bastante grande. El nombre de la tienda estaba impreso en la parte superior de un gran edificio, ¿no es este uno de nuestros lugares habituales para comprar tela? Entonc

