Los pocos minutos en el viaje de regreso a la fiesta fue en en silencio, Farid la dejó allí y al ella descender del auto de él dijo: — No te preocupes, no ha pasado nada, de hecho dudo que volvamos a vernos otra vez. Ella respondió con voz apagada y con vergüenza. — Espero no vuelvas a molestar por este momento de debilidad que tuve contigo, la verdad nunca me había pasado algo semejante, después de una buena conversación, pero esto se salió de mis manos, lo lamento. — Dijimos que nada de remordimientos, cariño, la pasé excelente contigo, te juro que jamás olvidaré ésta noche. ¡Adiós mujer hermosa!— dijo él. Ella vió como el auto se alejaba, qué increíble sentimiento tenía en su pecho, por un lado haber estado con aquel desconocido, que por un momento pensó que era Farid, pero no era

