El se dirige al otro sillón que hay en la recamara. Pero lo tomo de la mano, el me mira confuso, yo le sonrío de medio lado. Entonces el solo me abraza, yo le regreso el abrazo por la cintura. Se siente tan cálido estar con él así. Nos metemos en mi cama y solo me acurruco en su pecho, mientras el acaricia mi espalda baja. —Estoy perdido, Max —¿A que te refieres? —A que tengo que hacer algo para salir de la situación en la que estoy con Zuria. Yo no digo nada. Hasta que nos gana el sueño. Y debo decir que mi sueño no ayuda para estar modo tranquila. Cuando despierto el sigue aquí a mi lado, y Vik ya no está, así que sin pensarlo, le comienzo a besar el cuello, y el murmura algo que no entiendo. Así que meto mi mano a las cobijas y por encima de su short, acarició su pene que se empi

