Si tus ojos no te dejan ver,
si tus manos no te dejan conocer,
entonces tus sentidos no te dejan crecer.
El grimorio de mi tía fue revisado en casa con mucha exactitud, mi abuela estuvo con ella todo el tiempo mientras los jueces elegidos para la revisión hacían su trabajo. Todo fue realizado en nuestra propia casa para generar más confianza, algo de lo que no estaba segura que realmente funcionara. Había tantas personas en la casa que me sentí como si fuéramos parte de un circo, algo que también le molestó a Albert, pues habían decidido llevarlo acabó allí sin su voto, algo que no era extraño para mí, nunca me incluían en las votaciones más importantes. Así que tuvimos que mantenernos amigables mientras mi tía y la abuela eran puestas a prueba, leyeron sus grimorios y luego una mujer d
