No voy a huir de lo que me puede perseguir,
porque se muy bien lo que quiero vivir,
antes de que llegue el día de morir.
En un parpadeo nos encontramos de vuelta en la casa, y si fue el único lugar que vino a mi mente cuando pensé en un lugar seguro. Me daba cuenta que no había pensado muy bien sobre ese plan, pero el reloj estaba corriendo y no es como si hubiera tenido mucho tiempo. Nuestro aterrizaje fue un poco brusco cómo si hubiéramos caído cacique del cielo, me da cuenta que me faltaba un poco de práctica. Cuando llegamos ambos me miraron sorprendidos, pero mis ojos estaban fijos en el collar en mi mano, la cual sujetaba la mano de Bastian. Al ver lo que yo estaba mirando se dispuso a tomar el collar en sus manos de forma atenta y proceder a ponerlo en mi cuello con mucho cuidado
