Una mirada al espejo no te dirá quién eres, hay tanto en tu interior que no descubres, porque te preocupa más saber cuándo mueres. En una semana logré adaptarme a ser una estudiante y vivir en un lugar diferente, pasé de vivir en casa y tener lecciones privadas a asistir a una academia y tener compañeros de estudio. Mi relación con todos era muy buena en general, incluso con mis compañeras de habitación me acostumbre a crear una dinámica para compartir nuestro espacio. Compartir el baño fue lo más difícil hasta que llegamos a un acuerdo de mantener turnos, estábamos acostumbradas a que Mathilde fuera la primera en levantarse y yo la última, así que ella obtuvo el primer turno y yo el último, y el orden solamente cambia, si Mathilde por alguna razón no se levanta temprano y la siguiente