El cuervo está cansado de ser mal entendido,
nadie comprende que está harto y malherido,
Pero sigue caminando aunque se siente adolorido,
porque su gentileza siempre lo tiene perdido,
hasta que se dio cuenta qué el mundo no tiene sentido.
Saltamos directo a los pasillos del castillo y los guardias nos miraron sorprendidos, levantaron sus armas y al reconocer nuestros rostros se calmaron poco a poco, uno de ellos susurro algo y así se corrió la voz sobre nuestra llegada. Aún no estaba segura sobre si era una buena idea llegar así de repente, pero nuestra excusa es que no teníamos tanto tiempo como quisiéramos. Cuando todos regresaron a sus posiciones Bastian tomo mi mano y me dirigió hacia las habitaciones del Rey, concluí entonces que ya habían dado el visto bueno para que avanzaramos
