Capítulo 6

1001 Words
Escucha cada una de mis palabras, algo se mueve en las sombras, por su siseo creo que son cobras, no me mientas estas son tus obras. No quiero tu veneno, no traes nada bueno. Llegamos a la terminal y me sorprendí al ver que la chica nos había seguido todo el camino sola, nos miraba muy de cerca como si no quisiera perdernos. No estaba segura qué era exactamente lo que quería, pero no nos había vuelto a dirigir la palabra, solamente miradas asesinas, si tuviera el poder de matar con la vista seguro ya estaríamos muertos. Poco después la perdí de vista mientras Bastian hablaba con alguien a cargo y luego intercambiaban billetes, me sorprendió la forma tan casual en que estaban llevando a cabo una negociación que va en contra de las reglas. Ya que la terminal es un lugar que solamente sirve para reservaciones, si quieres viajar a un lugar debes reservar con antelación y de la misma forma pagar. Por eso hay terminales ilegales en algunas partes del mundo, la mayoría administrados por humanos que son los que no tienen habilidades para viajar tan rápido como nosotros. Después de todo, los vampiros pueden correr a gran velocidad, y según he escuchado puede que hasta tengan otras habilidades que no comparten mucho con el público. —Bru… Kat, ven aquí… —me llamó, mirando por sobre su hombro como si sintiera que alguien nos vigilara. —¿Todo bien? —le pregunté. —Hay un espacio libre en unos veinte minutos, tomaremos ese —me informó. —¿Juntos? —pregunté. —Sí, yo también voy… Y solamente pude conseguir un transportador grupal, no el individual, ese está lleno hasta la otra semana, además es mucho más barato, el problema es que de todos modos vamos a llegar tarde —explicó con aburrición. —¿Crees que alguien notará si llegamos tarde? —le pregunté. —Puede que lleguemos a la ceremonia de bienvenida de nuevos estudiantes, te escabulles dentro y nadie lo notará, a menos de que te hayan preparado algo por ser perteneciente a una de las grandes familias mágicas y para este momento ya todos se hayan dado cuenta que no estás —explicó entonces con una sonrisa llena de diversión, y le pateé la pierna para que dejara de burlarse de mí. Por supuesto, no le hice ningún daño y él simplemente se rió con más fuerza, entonces me tomó la mano para indicarme a qué dirección debíamos dirigirnos, porque me estaba moviendo hacia otro lado. Cuando llegamos al lugar vimos diferentes personas muy bien vestidas, entre ellas la chica molesta que ya hasta tenía el uniforme puesto. Ella me miró de reojo y luego se movió hasta darme la espalda para no cruzar miradas de nuevo, no es como si yo quisiera tal cosa tampoco. Otras personas lucían más como empleados de diferentes áreas, uno de ellos se quedó mirándome fijamente, y luego se acercó a mí para hablarme. —Señorita Hroefn, que gusto conocerla antes del inicio de las lecciones —lo miré confundida —, soy un maestro. —Va bastante tarde entonces —le dije. —Ah, la presentación de maestros será en una hora, creo que podré lograrlo a tiempo, por otro lado… —dijo, y se quedó mirándome pensativo —, creo que estaban planeando una gran presentación para usted y otros tres estudiantes… —¡No! ¿Entonces no estabas bromeando? —exclamé y me volví a Bastian para preguntar. —Eran simples sospechas —mencionó el vampiro, y me llevé las manos a la cabeza. —Todos se van a enterar de que llegué tarde, ¿qué voy a hacer ahora? No tengo ninguna excusa apropiada para este momento —dije de forma dramática. —Podría… —No, sería poco creíble que dijeran que se encontraron por casualidad, y ella se ofreció a ayudarle en su investigación sobre hadas, además sé muy bien que deberle un favor significaría acceder a una donación de sangre, lo cuál no pienso permitir —respondió Bastian de forma acusativa, como también amenazante —, si… Si por alguna razón toma la sangre de Katherina Hroefn, encontrarán su cuerpo inerte en un callejón al día siguiente. Hasta yo me asusté un poco al escuchar su voz fría. —Llamada para el próximo viaje —dijo un hombre que hacía sonar una campana de forma constante. —Nos llaman —dijo Bastian y me arrastró con él. Entonces, pude ver mejor la mirada del supuesto profesor, y para mi sorpresa no vi miedo en sus ojos, parecía más bien como si le emocionara, como si fuera un reto el cual estaba dispuesto a aceptar. En ese momento me dije a mi misma que no era una persona en la cual debiera confiar, había algo malo en él. —No me dijo su nombre —le dije mientras me alejaba. —Blake, Lorenzo Blake —se presentó con gracia. —Un gusto profesor, nos veremos en clase —le dije de forma educada y dejé que Bastian nos situara lejos de él —. Ese hombre no me agrada —le dije, y él me miró un tanto aliviado —, hay algo malo… —Sí, pero mejor no hablarlo aquí, hay demasiado oídos —dijo y concordé con él. En un parpadeo llegamos al edificio de la academia, y Bastian sostuvo su estómago con las manos por un momento. Ya había escuchado que a algunas personas no les sentaba bien viajar en transportadoras mágicas, el vampiro parecía ser uno de ellos. Se notaba que se sentía bastante enfermo, y tenía ganas de vomitar, aunque se resistía. Esperé a que mejorara un poco antes de empezar nuestro camino, y me sorprendió que arriváramos en lugares diferentes. Pero, nada salió según lo planeado porque una mujer adulta nos descubrió, y me señaló con su dedo índice de forma acusatoria. —Katherina Hroefn, ¿cuál es su excusa por llegar tarde? Necesitaba pensar en una.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD