Estaba resignado. Me conformé con pensar que si esta sería una clase aburrida, ya vendrían otras mejores.
—Lo primero es que un beso no es solo juntar los labios con otra persona. Es una conexión. Tiene que ser suave, lento al principio. Si vas muy rápido o demasiado intenso, podés arruinar el momento.
—Ajam —dije, tratando de concentrarme en lo que decía.
—Lo segundo —continuó, mirándome directamente a los ojos—, es que tenés que prestar atención a cómo responde la otra persona. Un beso es como un diálogo. Si tu pareja quiere ir más rápido, lo vas a sentir. Si quiere ir más despacio, también lo vas a notar.
Su voz era firme y tranquila, como si estuviera explicando algo tan básico como cómo atarse los cordones.
—¿Entendido? —preguntó.
—Sí… creo que sí —murmuré.
Ella sonrió y se lev
