"¡Está en mi culo, mami!", grité con incredulidad.
Se acercó más para ver su polla gorda bombeando mi esfínter con sus embestidas. Extendió la mano y sentí sus dedos rodeando su polla donde penetraba mi cuerpo. Tocó el tejido sensible y estirado de mi ano mientras este luchaba contra su invasión. Dejó los dedos ahí mientras se ponía de puntillas para besar a papá, sintiendo cómo me metía la polla. Mamá gemía en su boca mientras se besaban y papá seguía follándome.
"Juega con tu clítoris, cariño, te sentirás mejor y tendrás un buen semen antes de la escuela", dijo mamá mientras se lamía los labios de los besos de papá.
Desesperada por algo de placer que equilibrara el dolor ardiente, comencé a frotar mi clítoris, haciendo los círculos que me gustaban sobre el sensible c*****o.
"Oh, sí",
