A medida que se sintieron más cómodos, les pedí a cada uno que descubriera qué tipo de contacto les resultaba mejor y luego me acerqué a cada uno de ellos e hice un pequeño experimento.
"Quiero que me muestres cómo y dónde te estás tocando, y luego intentaré hacer lo mismo de la misma manera, para que puedas sentir la diferencia", dije.
Selena, como era de esperar, estaba felizmente contenta con las más suaves y delicadas caricias en sus labios exteriores, e hizo dulces círculos alrededor de su montículo mientras acariciaba su hermosa vulva, con las piernas bien abiertas para que las yemas de sus dedos pudieran explorar toda la extensión de su amplia v****a.
La observé durante unos minutos mientras me mostraba lo que realmente se sentía bien, con los ojos revoloteando y pequeños suspiro
