Todos disfrutamos un rato del ambiente festivo, compartiendo observaciones sobre los puntos fuertes de las chicas y las áreas en las que podrían mejorar. Martin puso música y anunció que la piscina estaba abierta y que era hora de comenzar la última parte de la fiesta: Recreación.
El sol calentaba y la piscina estaba perfecta, y todos salieron con ganas de pasar una tarde relajante. El amplio jardín de Martin era un lugar estupendo para pasar el rato, y las chicas, entre risas, se lanzaron al agua inmediatamente para enjuagarse el sudor y el semen. Antes de unirme a ellas, entré en la habitación de invitados de Martin para llamar a mi esposa y contarle cómo había estado Jennifer. Se alegró, aunque no se sorprendió, de saber que su hija se había portado admirablemente y que era una de las
