Ramer levantó una mano para tranquilizarnos y continuó: "Bien hecho, cariño. Correcto. Ahora lo que quiero hacer es ayudarte a entender cómo te harán sentir bien los amigos de papá, ¿de acuerdo? Te ayudará a practicar cómo sentirte bien de esta manera, y ayudará a los amigos de papá aquí presentes esta noche a ver cómo te ves cuando te sientes bien".
Dicho esto, atrajo a su hija de la mano hacia la mesa de billar y la ayudó a subir. Señalando el centro del fieltro, la hizo tumbarse boca arriba con los brazos a los costados y las piernas estiradas, y nos indicó que nos reuniéramos. No necesitamos una segunda invitación, por supuesto, y nos colocamos alrededor de la mesa, Ramer en el extremo más cercano a la cabeza de Lilly. La lámpara de billar sobre la mesa era brillante pero suave, ilumi
