_____ El camino hacia la casa de Aymara fue un silencio tenso, cargado de palabras no dichas. Dante, con la mandíbula apretada y las manos firmes en el volante, parecía una bomba a punto de estallar. Aymara, por su parte, miraba por la ventana, fingiendo indiferencia, pero sentía la presión en el aire, como una tormenta acercándose. A unos metros de su destino, Dante detuvo el auto bruscamente, las ruedas chirriaron contra el pavimento, y el corazón de Aymara dio un pequeño vuelco. Dante inhaló profundo, como si intentara calmarse, pero su tono cuando habló fue cualquier cosa menos tranquilo. —¿Por qué sigues negándome? Aymara desvió la mirada hacia él, frunciendo el ceño. —¿Negarte? No te estoy negando, Dante. Solo digo la verdad. Tener una relación implica estrés, discusiones, celos

