_______ El auto avanzaba en medio de la noche, el sonido de los neumáticos contra el asfalto era lo único que rompía el silencio entre ellos. Aymara iba con los brazos cruzados, fingiendo indiferencia, pero su corazón latía con fuerza. Sentía todavía en su piel el ardor de las manos de Dante cuando la había sujetado con posesión, cuando le había dicho esas palabras que aún resonaban en su mente.
No vuelvas a hacer eso… No quiero que bailes para ningún hombre…
Apretó los labios, evitando mirarlo, pero en cuanto giró el rostro lo notó.
—Sigues sangrando.
Dante, que iba con una mano en el volante y la otra apoyada en su pierna, soltó un suspiro.
—No es nada.
Aymara frunció el ceño y se inclinó un poco para verlo mejor, su perfume dulzón llenó el espacio entre ellos y Dante sintió un esc
