Estaba claro que convencer a la abuela Juliana no sería sencillo, pero Mateo y yo decidimos que era hora de actuar juntos. Sabíamos que no bastaba con palabras; necesitábamos un plan. Algo que mostrara a mi abuela, de manera tangible, que nuestra relación era sólida y que Mateo era el hombre indicado para mí. —Tenemos que hacer algo para que mi abuela vea lo fuerte que es nuestro amor —le dije a Mateo, mientras intentábamos pensar en una estrategia. Mateo me miró con determinación. —Totalmente de acuerdo. Pero, siendo sincero, tu abuela no es una persona fácil de convencer. ¿Qué podríamos hacer para lograrlo? Pensé por un momento, intentando encontrar una idea que pudiera funcionar. No queríamos forzar nada, pero necesitábamos crear una situación que permitiera a mi abuela vernos de un

