Meses después de conocernos, Mateo y yo decidimos dar un paso más en nuestra relación. Fue un tiempo lleno de amor, deseo y pasión, pero también sabíamos que el contexto en el que vivíamos se deterioraba rápidamente. Aun así, decidimos sellar nuestro compromiso con una boda.
La boda civil fue sencilla, pero significativa. No hubo una iglesia ni una gran ceremonia, solo nosotros, rodeados de amigos cercanos y algunos familiares. El día fue perfecto en su simplicidad. Nos casamos en el registro civil, con sonrisas nerviosas y corazones llenos de emoción. Sabíamos que nuestra vida juntos estaba a punto de cambiar radicalmente, pero en ese momento, lo único que importaba era el amor que nos unía.
Después del breve intercambio de anillos y un pequeño brindis, la realidad de la situación que e
