La tarde transcurre sin ningún percance. Haciendo llamadas aquí y allá, revisando documentos y en reuniones con los vendedores. Cuando salimos de trabajar invito a salir a Ángela y a Sara. Las chicas me llevan a un bar con aspecto antiguo y un ambiente tranquilo. Es de esos bares en los que se reúnen personas que salen de sus oficinas y necesitan relajarse después de un día estresante. Donde se puede platicar, comer y beber sin tanto bullicio. Nos sentamos en una de las mesas y pedimos algo de beber y comida. Observo a mi alrededor las decenas de personas, vestidos con sus trajes de oficina o ropa informal, que se reúnen en la barra o las mesas contiguas a tomar un trago o una cerveza. Conversan, ríen, comen, toman… Doy un sorbo a mi jarra con cerveza y me deleito con la letra de H

