—¡Llegó como loca! Entró a la oficina destruyendo todo y lanzando improperios contra ti, por todo el departamento. Ángela y Sara, que vinieron a entregarme unos papeles de la oficina y a cenar conmigo, me cuentan con lujo de detalles todo lo que pasó con Miranda, luego de que se enteró que Alexander comenzó una relación conmigo. Cuánta razón tenía Alexander al decir que era mejor que no me apareciera por la oficina durante unos días. Al menos hasta que se calmen las cosas con Miranda. —¡Qué pena! Todos han de pensar lo peor de mí —me lamento. —No creas. Desde hace un tiempo todos sabían que esa relación iba de mal en peor, y que tarde o temprano, iba a terminar —menciona Sara. Ángela y Sara beben una copa de vino, sentadas en la pequeña isla de la cocina, mientras yo preparo la c

