—Hola, mi hermosa bruja, no sabes cuántas ganas tenía de verte. Aparta sus manos de mi cintura y las eleva para ahuecar mi rostro. Se inclina y me besa de una manera que me deja sin fuerzas y me debilita en todos los sentidos. ―Esto no es correcto, Ethan ―le digo con angustia―. No me siento bien sabiendo que estoy engañando a un hombre que no lo merece. Desliza la yema de su pulgar sobre mis labios. ―¿Por qué complicarte la vida por algo que a la final ya no tendrá razón de ser? Me aparto de él y le doy la espalda. ―Estoy comprometida con Dalton ―respiro profundo―, en menos de seis meses nos estaremos casando. De un momento a otro, me da la vuelta con brusquedad, envuelve mi melena alrededor de su mano y tira de ella para obligarme a que lo mire a la cara. ―¿Responde con sincerida

