O M N I S C I E N T E
—Tan sólo piénsalo, Olivia. ¿Qué tienes para perder? ¿A Sebastian? Él solo te lastima, y también lo hará con mi sobrino si no haces algo ahora mismo.—continuó con el discurso que llevaba media hora repitiendo—. Ven aquí conmigo, con tu verdadera familia. Nosotros los protegeremos.
La chica ya se encontraba exasperada por las insistencias del mayor. Entendía que quisiera recuperar el tiempo perdido, pero ya no había nada que hacer: nunca tuvo una verdadera familia compuesta por alguien más que su difunta mejor amiga, y no otra quería ahora.
Para ella era muy difícil confiar en las personas luego de todo lo que le hicieron pasar cuando era una niña. Aprendió una muy importante lección de todas las veces que sufrió: jamás debes creerle a nadie porque solo te harán da
