Capítulo 9

1630 Words
O L I V I A Hoy se realizaría el funeral de Maddison, la difunta novia de Dylan. Sentía que debía ir por respeto —no sé a qué realmente porque casi ni la conocía—, y para poder tener la oportunidad de darle una explicación al castaño. Tal vez algún día me perdone por lo que no hice, o tal vez no. Él sacó sus propias conclusiones en cuanto vio que el teléfono era de mi pertenencia, mas nunca me preguntó razones u otra cosa como esa. Quizá el dolor de la pérdida no se lo permitió, sabía lo que se sentía eso. Sebastian no tuvo ni la más mínima intención de venir ya que nos dejó muy en claro que no le importaba para nada Maddison —ninguna de las chicas en realidad—. Hasta sugirió que sólo cremáramos su cuerpo tal cual lo hicieron con las demás, cosa que me pareció demasiado doloroso ver, eran inocentes chicas de casi mi misma edad que no tenían la culpa de lo que pasó después de todo. Solo había una culpable entre todas ellas, que nunca pude descubrir de quién se trataba. Pequeñas gotas de agua caen sobre mi cabello, pero no les doy importancia. Mi vista se encuentra fija en el ataúd cerrado que se encuentra frente a mí con un bello arreglo de rosas blancas encima del mismo, luego miro a Dylan, quien se encuentra con la cabeza gacha, notablemente decaído por la pésima situación que está viviendo. —Lo lamento. —le susurro a la tumba de Maddison como si fuera capaz de oírme y luego dejo una pequeña rosa sobre esta. En la lápida estaba su nombre completo: Maddison Williams 2002-2018 Volteo a ver a Dylan, quien se encuentra caminando hacia su auto, ignorando por completo que yo también estaba ahí, por lo que me decido a seguirlo. —Dylan. —intento llamar su atención, pero no me hace caso. Lo agarro del brazo y entonces voltea a verme. —¿Qué demonios quieres, Olivia? ¿Acaso no estás feliz? No sé qué te hice para que me traicionaras así, pero ¿sabes qué? Felicidades, hiciste que mataran a una chica inocente y a su bebé. Mereces un premio. Se suelta bruscamente de mi frágil agarre, dejándome parada en medio del cementerio, mirándolo alejarse de mí. —¡No fui yo quien hizo esto, Dylan! —grito con todas mis fuerzas para que me escuche a pesar de que ya se había ido. Cierro los ojos cuando ni siquiera se atreve a volver y escuchar lo que tengo que decir. Intento que las lágrimas no caigan de mis ojos a medida que comienzo a caminar hacia el auto. Le indico al chofer que me lleve a casa en cuanto entro. Cuando llegamos a nuestro destino, salgo casi corriendo del auto, subo rápidamente las escaleras ignorando a cualquier persona que pueda encontrarse en la casa y me encierro en mi cuarto. Entonces me permito llorar con libertad, sacando todas esas lágrimas de impotencia y enojo. En verdad me siento miserable, con lo que dijo Dylan consiguió hacerme sentir como si no valiera nada, a pesar de que esto no fue mi culpa. Los recuerdos de todas las veces que Freya me salvó de que me hicieran daño, los golpes y humillaciones que ella sufrió. Freya era como Maddison, una chica inocente que murió por culpa de personas que desconozco. Todas las personas a las que alguna vez les tuve afecto, se van de mi lado o mueren. Muchas veces pensé que era un tipo de maldición, y hasta el día de hoy lo creo. No sé cuántas horas pasé encerrada en mi cuarto, pero al sentir mi garganta seca bajé a la cocina por un vaso de agua. Tras beber el líquido acompañado de una aspirina porque sentía que mi cabeza estaba matándome, dejé el vaso sobre la isla de la cocina. A veces me pongo a pensar que lo mejor sería irme de aquí, considerando que ambos chicos que viven conmigo me odian, pero luego recuerdo que Sebastian tiene guardias en cada puerta de la mansión que están las veinticuatro horas del día vigilando que no intente escapar, lo cual me sigue resultando algo ridículo. Suelto un suspiro y me siento en una de las sillas de la larga mesa del comedor que pocas veces es utilizada. Quizás debería escapar cuando los guardias cambien de turno e irme de aquí, pero me pregunto ¿qué pasaría después? ¿Sebastian me buscaría? En verdad dudo que haga eso último. Lo único que quiere de mí es que sea su incubadora por tres meses más. En las noches me pongo a pensar en lo que haré cuando esta niña nazca, y la realidad es que tengo miedo, aunque trate de negarlo diciendo que la amo, es la verdad. No creo ser una buena madre siendo que no tuve un buen ejemplo de una. Apenas y sé cambiar un pañal. —¿Estabas llorando? Sebastian se encuentra frente a mí de brazos cruzados y el ceño fruncido. No lo escuché entrar. —No... sólo son las hormonas de embarazo. —miento y me levanto para luego dejar el vaso sobre el fregadero e irme, lo cual no me es posible ya que la mano del pelinegro se encuentra sobre mi muñeca. —Siéntate, debemos hablar. —lo hago resignada y él se sienta en una silla frente a mí—. Escucha. Ya me estoy hartando de todo esto de tu drama con Dylan por la chica. Entiende, Olivia, ella está muerta. Te lo dije una vez y te lo repito: no hay nada que puedas hacer para cambiar eso. —¿Tú sabes lo que significa la palabra "sensibilidad"? ¿Alguna vez la has tenido? —cuestioné sarcástica, a lo que rodó los ojos. —Solo te digo que dejes de llorar y lamentarte, porque también le haces daño a nuestro bebé, y lo que menos quiero es otra amenaza de aborto. —se levantó dispuesto a irse, pero se detuvo en el umbral de la puerta—. Dylan está dolido por la muerte de esa chica, es por eso que no quiere escuchar tus razones. Más bien, es conmigo su enojo. Por eso te aconsejo dejarlo en paz por un tiempo, acaba de perder a su supuesta novia, no compliques más su vida. —¿Sabías que ella estaba embarazada? —Dylan me lo dijo antes de matarla. Por eso ordené que le hicieran una autopsia antes de enterrarla y los médicos me dijeron que no había ningún bebé. Esa perra estaba manipulado a mi mejor amigo, ¿crees que iba a permitirlo? —¿Y por qué no le contaste eso? —pregunté a la vez que me levanto algo exaltada y camino hacia él. —Ya se lo dije, pero no me hace caso aún cuando le mostré los papeles. Aunque también es una excusa para que puedas explicarle que lo que pasó no fue tu culpa. —explica tranquilamente. Asiento repetidas veces con la cabeza y antes de pasar a su lado, lo miro a los ojos. —Gracias por... esto. Sebastian no responde, simplemente me devuelve la mirada y sale de la cocina, dirigiéndose a su despacho. A paso rápido me dirijo a las escaleras para ir a la habitación de Dylan, sin embargo, una vibración en mi bolsillo hace que detenga justo frente a la puerta de mi habitación. Se me hizo extraño que alguien me enviara un mensaje considerando que las únicas dos personas que tienen mi número viven conmigo, por lo que tomo mi teléfono y mi ceño se frunce al ver que un número desconocido me envió una foto. Por pura curiosidad, abro el mensaje. El aparato casi se me cae de las manos al ver la foto. Una pequeña bebé recién nacida boca abajo puede apreciarse en la fotografía, pero eso no es lo que me sorprende, sino la marca que puede apreciarse en su pequeña espalda descubierta. Es mi marca de nacimiento. Leo el mensaje que mandó el número desconocido, en el cual dice que si quiero más información acerca de mi origen, debía ir a verlo mañana al mediodía. Abajo aparece una dirección. Jackson Hale. Vuelvo a leerlo una y otra vez sin creerlo. En efecto fue él quien lo envió, ya que en el mensaje escribió su nombre y apellido. Ahora está esa mi pregunta recorriendo mi mente sin parar: ¿cómo demonios consiguió una foto mía de cuando era bebé? Comencé un debate mentalmente entre ir mañana o ignorarlo y decir que todo esto es una trampa... Pero tal vez él sabía cosas acerca de mis padres, de mi pasado, del por qué me abandonaron. Sé que en repetidas ocasiones me convencí hasta cansarme de que no quiero saber nada de mi familia biológica porque me abandonaron sin nunca sentir arrepentimiento. Sin embargo, mi cabeza no dejaba de maquinar una larga lista de preguntas que llevaba años pensando; entre las más obvias, ¿por qué me abandonaron? O ¿quizás no me abandonaron y pasó algo más? En otro momento hablaría con Dylan, porque ya tomé otra impulsiva decisión característica de Olivia Evans. Mañana iría con Jackson, sea peligroso o no, vale la pena si consigo respuestas para todas las dudas acerca de mi origen. ♡ ¡Hola, mafiosxs! ¿Cómo están? Espero que muy bien. Quería pasar a decirles que he leído los comentarios acerca de la redacción de los capítulos e informarles que realmente no estaban escritos así originalmente. Lo sucedido fue que al pasarlos aquí fueron "traducidos al español" automáticamente por esta aplicación, pero no se preocupen que ya estoy corrigiéndolo. Ojalá tengan un lindo día, adiós
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD