No tardé mucho en encontrar a mi madre; estaba tumbada en su forma humana desnuda junto al arroyo. Inmediatamente aullé angustiada y volví a mi forma humana. No me importaba estar desnuda ahora y sentí que él me había seguido.
Me apresuré hacia mi pobre madre y empecé a llorar porque tenía miedo.
¿Qué pasaría si ella muriera?
Apenas respiraba y parecía haber sido atacada, ya que estaba llena de cortes que parecían frescos.
—Isla, por favor déjame ayudar. Es culpa mía —Suspiró, y pude ver que tenía buenas intenciones, pero eso no significaba que tuviera intención de darle ninguna oportunidad de esperanza conmigo.
—Aquí —De repente fue detrás de un enorme roble. Me pregunté qué hacía cuando volvió a aparecer con un montón de ropa. Él también llevaba un pantalón de chándal y una camiseta
