Contrato de Placer

Capitulo 3

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Puedo ver la fiesta de abajo desde el nivel superior del entrepiso. Para el lanzamiento de ArquiCasa, la nueva revista de arquitectura e interiorismo del grupo editorial Conti, el hotel rural Belanucci fue una acertada elección porque es espacioso y logró entregar exactamente lo que habíamos planeado.

Los numerosos muebles en diferentes diseños que están esparcidos por todo el espacio cumplen su propósito de darle a la fiesta la identidad ideal para la situación. Me inclino sobre la barandilla y me llevo la copa a la boca, saboreando el sabor de Macallan. No puedo vivir sin un whisky, tengo la edad suficiente para pedir el mío, algunas personas no pueden vivir sin café.

Incluso mi favorita bebida, no pudo evitar que me aburriera esta noche. La fiesta es aburrida, como debe ser.

Es perfecta pero indiscutiblemente aburrida. Siento mi teléfono vibrar en el bolsillo de mi traje mientras veo todo rodar por el suelo debajo de mí. Una sonrisa aparece automáticamente en mi rostro cuando lo recojo; Ya es hora.

Esta mierda es terrible, así que espero que hayas traído algo de entretenimiento. El hijo de puta al otro lado de la línea se ríe—, dijo.

—Sabes que soy el alma de la fiesta, sin mí nadie muere, así que por supuesto que sí. Pero no te preocupes; Estaré ahi. —Esa es la respuesta que escucho, y la voz de mi amigo es tan clara como las vocales y consonantes que usa, con una sonrisa.

Si puedes hacer más animada esta fiesta, Marcos —eres mucho más que su alma, de hecho— ¡puedes ser reconocido como un maldito santo! —Debo guardar el teléfono para no quedarme sordo.

—Eres consciente de que fuiste tú quien planeó esta fiesta, ¿verdad?

Maldita sea, fue el equipo de eventos, e hicieron un trabajo fantástico para los lectores de la revista. Yo, sin embargo, categóricamente no pertenezco a ese grupo.

—Yo tampoco, solo llevo aquí cinco minutos, ¡y ya me estoy molestando con esta canción!

—Han pasado horas, amigo mío.

—¿Dónde estás?

—En el entrepiso.

—Estaré ahí en veinte.

Y Marcos, ¿qué vas a hacer en ese tiempo?

—Mi mamá me crió con modales, así que saludare a la gente, maldita sea.

Aprovecho para revisar mis mensajes mientras sostengo mi celular porque no tengo nada mejor que hacer y son: madre, trabajo, trabajo, trabajo, trabajo, mujer, trabajo, trabajo, mujer, trabajo punto. importante.

Más tarde, cuando esté en el avión, dejaré que mi madre responda.

La aplicación de correo electrónico es la siguiente en ser revisada; la aplicación de trabajo está, como de costumbre, desordenada y la aplicación personal está vacía.

Nadie me envía correos electrónicos personalmente. A partir de los correos electrónicos, me conecto a ** y busco algunos perfiles de los arquitectos y empresas de la industria que asistirán a la fiesta, y me mantengo al tanto de la cobertura que brindan del evento allí. Leo los comentarios, observo los efectos y la cantidad de personas que ven la transmisión en vivo del evento mientras, como de costumbre, me pierdo en mi trabajo.

—La voz de Marcos suena fuerte en medio de la música de fondo, que es aburrida y suena a mi alrededor, siempre aparece enérgico.

El rubio barbudo se me acerca con los brazos abiertos para darme un abrazo, el cual acepto con gusto mientras me doy la vuelta para mirar a mi amigo.

Está vestido con un traje azul marino y una camisa blanca.

Pregunto con las cejas levantadas: —Sabes que fuiste tú quien acaba de llegar, ¿verdad?

Y la única razón por la que vine fue porque en el futuro, el único lugar donde puedo verte es en el trabajo. Mark responde, alargando la última parte de la frase: —Al menos hoy es una fiesta, aunque sea jodidamente aburrida.

Rompo mi abrazo y me vuelvo hacia mi amigo, respondiendo solo de esta manera:.

—¡Completamente!

Entendiste que no sería sencillo. Estaba recostado y mirando la fiesta de abajo desde un conjunto de sofás junto a la barandilla del entrepiso cuando se acerca y dice.

— Marcos está sentado en el sofá frente a mí mientras me quito la chaqueta, me siento y coloco mi vaso sobre la mesa.

Aparte de eso, todo parece estar cada vez más igual en estos días. El trabajo es agotador, pero constante? Demasiado constante para mi gusto. —¡No quería que fuera fácil, chico! Pero un poco más de tiempo no vendría mal.

Cruza una pierna sobre la otra y se recuesta en el sofá, bromeando, —Necesitas echar un polvo, ¿eh?— con una ceja arqueada.

—Marcos, aunque siempre necesito sexo, últimamente he estado pensando en follarme a mi secretaria. Después de todo, ella pasa más tiempo conmigo que con cualquier otra persona.

¿Pero tu secretaria no es una persona mayor?

Paso las palmas de mis manos por el costado de mi cabello y digo: —Ahí está el problema, amigo mío, ahí está el problema—. Marcos se ríe en voz alta por mi comentario, atrayendo la atención de algunos espectadores. Me ignora por completo mientras lo miro entrecerrando los ojos.

Ya sabes, Marcos, el momento llegará.

¡Ese serás tú asumiendo la presidencia de tu oficina, y cuando llegue ese momento, puedes estar seguro de que me reiré de lo jodido que vas a estar!

Ah, pero hay un largo camino por recorrer antes de que eso ocurra. A mi padre no le interesa dejar caer el hueso, a diferencia del tuyo, y no veo nada malo. con eso porque, mientras él esté presente, soy libre de hacerlo.

Lo interrumpo y empiezo a reír, pero él no se une.

—Puedes reírte, sé que es envidia; ¿simplemente extrañas la vida que solías vivir y que todavía vivo?

—¿Te extraña, no? Posiblemente, pero no por celos. Sabes que pasé toda mi vida preparándome para este momento. El puesto de CEO del Grupo Conti siempre fue mi objetivo. Pero yo.

Tener una empresa además del trabajo constante es algo que extraño mucho.

Encorvo el cuello y echo la columna hacia atrás. No le diré, o será aún más jodidamente arrogante, pero incluso conversaciones simples como esta, cara a cara, sin ningún propósito laboral, me lo estoy perdiendo.

̶—Si el problema no es la empresa, la solución tiene casi el mismo nombre. ¿escort?

Levanto las cejas en un interrogatorio silencioso mientras miro a Marcos, y él medio se defiende y medio responde la pregunta que no hice:

—Necesita a alguien que esté accesible para usted las 24 horas porque su Excelencia tiene un horario loco.

Lo miro con incredulidad, antes de soltar una risa de disgusto:.