CAPÍTULO 2
Una semana después, luego de mucho papeleo, reorganización y estrés por parte de Alexa, ambas iban en su auto en dirección a la casa de sus padres. Ambas habían confirmado y su madre había estado tan alegre que ninguna había vuelto a mencionar cancelar el compromiso. Calladas y con la música suave el viaje que era corto se hizo en extremo tardío, mientras su amiga se tensaba cada vez más en su asiento, sus manos se volvían cada vez más blancas con la presión.
−Alguna vez tienes que contármelo…− comenzó ella por enésima vez haciendo que su amiga se volteara con odio.
−Ni ahora ni nunca Sofía, ya deja de preguntar− reclamó su amiga volviéndose hacia la ventana −fue hace mucho tiempo, es agua pasada.
−¡Claro, pasada!− Se burló ella −y por eso nunca más quisiste venir.
−Ha
