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979 Words
Cuando llegó a la cuidad de Atenas quedó impresionada como la primera vez por su belleza. La ciudad parece mágica, hay edificios, pero no tan altos como en Nueva York. Pero lo más impresionante es el hermoso templo que se alza sobre la ciudad.     Al llegar al hotel donde me quedaré dos días antes de partir a Santorini, mi lugar favorito. Me asignan mi habitación a la cuál subo rápidamente para dejar la maleta. Me doy una ducha rápida, elijo un enterizo corto n***o y tenis blancos. Me ato el cabello en una coleta y elijo unos lentes de sol negros. Me aplico mucho bloqueador. No me maquillo. Una vez lista tomo una mochila con mi cámara, celular y un poco de dinero para luego salir a recorrer la ciudad. Voy a la acrópolis y quedo fascinada con lo que veo. Camino lentamente mientras tomo fotos, me siento muy feliz de estar aquí, pero momentos siento culpa ya que mi padre acaba de morir y yo aquí disfrutando como si nada. Cuando anochece voy en busca de un restaurante de comida típica y me deleito con las delicias que me ofrecen. Cuando vuelvo al hotel me doy un baño antes de acostarme. Llamó a mi hermana por Skype mientras le envío fotos de mi llegad a la ciudad. Ella me cuenta de cómo fue su llegada a Londres, hablamos durante un rato hasta que el nos vence el sueño. Dos días después estoy llegando a Santorini donde por poco grito de emoción. Esta ciudad parece sacada de una postal y más a última hora de la tarde, me encanta. Sonrío mientras camino hacia el hotel donde voy a hospedarme. Cuando llegó me asignan una espectacular suite, con vista directa al mar Egeo. Camino por la habitación hasta la terraza donde se encuentra un pequeño comedor junto a una pequeña piscina con efecto infinito.  Me doy un baño más que feliz de estar aquí. Me doy un baño y me siento en la terraza viendo la increíble noche.  Pido la cena para comer en la terraza mientras decido a donde ir. Durante un mes recorro viajo a Rusia, donde conozco Moscú, San Petersburgo y el lago Baikal. Luego viajo a Egipto donde conozco las pirámides y otros extraordinarios lugares. Después viajo para Alemania y Australia.  Al volver a Santorini decido quedarme dos semanas ya que amo esta ciudad. En mi segunda noche salgo a cenar a uno de los restaurantes más lujosos de Santorini. El laude restaurant, un hermoso lugar ubicado en la terraza con una magnífica vista hacia el mar. Elijo un hermoso conjunto de short y blusa blanca. Me pongo unos tenis del mismo color, me recojo el cabello en una coleta alta, me maquillo un poco y cuando estoy lista. Salgo del hotel hacia el restaurante caminando ya que está muy cerca. Al llegar al lugar doy mi nombre para la reserva y luego me guían hasta mi mesa que se encuentra en un excelente lugar. -   ¿espera a alguien, señorita? – pregunta el mesero y yo le sonrío. -   ¿se vería muy raro si ceno sola? – pregunto divertida y él me sonríe amable. -    Un poco, ya que con todo respeto señorita, es usted muy bella – dice y yo sonrío. -    No, no espero a nadie – respondo mientras él me entrega la carta. Al sentarme me dedico a observar el lugar. La vista es magnífica, aunque está oscuro se pueden ver los cruceros y al estar el cielo tan despejado se ven las estrellas. Amo este lugar, pienso mientras ordeno mi comida. Mientras espero llamo por Skype a mi hermana. Emily se emociona muchísimo y me dice que tiene mucha envidia lo que me hace sonreír. De repente me siento observada, pero me niego a levantar la mirada y me concentro en la llamada con mi hermana. -    Te dejo que estoy súper cansada – dice ella justo cuando llega mi comida. -    Te amo – digo a modo de despedida para luego colgar y poner toda mi atención en el delicioso plato frente a mí. Pedí un Pastitsi, es un plato al horno de macarrones gruesos o eso creo, carne molida y salsa bechamel. Lo acompaño con una copa de vino blanco. Al comer el primer bocado, gimo de lo delicioso que está. Siento como se deshace en mi boca y sonrío, pero con tristeza ya que nada me gustaría más que mi padre y hermana estuvieran aquí conmigo. En ese instante levanto la mirada encontrándome con unos hermosos ojos que me observan de forma intensa. El hombre frente a mi es simplemente perfecto, cabello n***o, rostro muy definido y con rasgos masculinos, una barba perfectamente cuidada. Esta enfundada en un traje oscuro y me observa mientras habla con otro hombre que se encuentra de espaldas a mí. Pasó saliva mientras continuamos viéndonos a los ojos. Su mirada es intensa y muy atrayente lo que me hace sonrojar además de apartar la mirada, niego con la cabeza mientras continúo comiendo, aunque no pasan ni cinco minutos, cuando siento que alguien se sienta frente a mí en la mesa en la que estoy. -    Buenas noches – dice una voz la cual hace que se me erice la piel. Al levantar la mirada lo encuentro a él frente a mí. -    Disculpe, creo que se equivocó de mesa – digo tratando de disimular mi nerviosismo. -    La vi sola y quería preguntarle – dice regalándome una sonrisa la cual hace que me falte la respiración - ¿si quiere compañía? -    Creo que cenar con desconocidos no es muy buena idea – respondo mientras continúo comiendo. -    Lo siento, yo y mis malos modales – dice riendo – Anker Katsaro -    Nataly – responde estrechando la mano que me tiende, pero al sentir su tacto me arrepiento. -    ¿ahora si puedes cenar conmigo?  
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