Haarón se quedó inmóvil. Una habitación otorgaba un ambiente privado y pasional, para dos personas que se habían acabado de casar. No era seguro hacerlo. Luego de varios segundos, entró al cuarto después de Honey. No había tenido la oportunidad de ver el interior, cuando la estaban preparando, pero lo habían convertido, como en una sala de belleza y en un pequeño local de modas. En la cama, estaba la otra pieza, que se notaba más corto, que el que llevaba puesto. Ella se había sentado en una de las sillas, mientas lo esperaba. Era cierto que el velo que había utilizado, se arrastraba en el piso y era más largo que la cola del vestido. Lo conocía, pues uno de sus grandes intereses, era hacer vestidos para las novias, en el día más importante de sus vidas. Era el de capilla con dos niveles,
