ZANE Irme de ese departamento me había pesado más de lo que yo quería admitir. Era la mujer perfecta, pero no podía ser un jod**ido egoísta y retenerla a mi lado cuando era claro que teníamos objetivos distintos en la vida. Yo no quería una familia. No deseaba ser padre y casarme, mucho menos por amor. No creía en esas concepciones vagas del matrimonio. No me nacía ser padre después de todo lo que había vivido. No quería hacerlo. Estaba harto de los dramas familiares, de las ataduras de por vida, y los problemas que los de tu misma sangre podían provocar. No podía arrastrarla a una vida solitaria cuando ella quería lo contrario. Me bajé del auto y llegué a mi pent house para darme un baño e ir a trabajar. Sus besos debían estar malditos porque aún los podía sentir en toda mi piel. Sabí

