Hace diez minutos que el gilipollas de Manuel me ha sacado de mi casa y el imbécil no me deja irme ni me dice a donde me quiere llevar.
-Te lo repito una vez más, o me dices a donde me llevas o no volverás a ver la luz del sol en tu vida.-digo con los ojos entrecerrados, echando furia por la mirada, y el imbécil de él, sonríe.
-Ahora lo descubrirás.-dice aumentará el tamaño de su sonrisa.
-¿Por lo menos me puedes decir a que viene ésto? -Le pregunto mirándolo y alzando las cejas.
-No.-dice sin quitarse esa estúpida sonrisa de la cara.
-Gilipollas.-bufo cruzandome de brazos mientras soplo un mechón castaño que cruza mi cara, y fijo la mirada al frente.
Estamos recorriendo una carretera sin asfaltar, de tierra seca amarillenta rodeada de prado con briznas de hierba de ya bastante altura. Oh, mierda. Manuel me va a asesinar.
-Oye, si querías asesinarme podrías haberme llevado a un sitio mas bonito.-puntualizo sin apartar la vista del camino.
-¿What? -Pregunta mirándome con una sonrisa y las cejas alzadas, entonces estalla en carcajadas.-¡No te voy a asesinar!
-Pues entonces ... ¿¡PARA QUE ME LLEVAS AL CULO DEL MUNDO ASÍ COMO IMPROVISACIÓN, GORILA !? - exclamo moviendo los brazos por el coche mientras le miro con los ojos muy abiertos.
-Es una sorpresa.-dice volviendo a fijar la mirada al frente con una pequeña sonrisa en la cara.
-Sorpresa se dio tu madre cuando naciste y vio lo que le caía encima.-susurro para mi misma volviendo a cruzarme de brazos y mirando al camino de tierra seca, pero Manuel me oye.
-¿Perdona? -Me dice alzando las cejas sin apartar la vista de lo que tiene delante.
-No te perdono.-digo sin mirarle.
-Retrasada ...- Susurra él, pero le oigo.
-¿Desde cuando me llamas retrasada, gilipollas? -Pregunto riéndome y mirándolo mientras subo las cejas, sin descruzar los brazos.
-Desde que me he dado cuenta de que lo eres.-responde mirándome con una sonrisa falsa en la que no enseña los dientes.
-Gilipollas ...- mascullo yo mirando hacia el frente con la mandíbula tensa.
-Te preguntaría porque me lo llamas pero ya es habitual.-dice sonriendo y mirando hacia adelante otra vez.
-Aprendes rápido.
Manuel para el coche en un gran prado, sobre el camino de tierra amarillenta al lado de un roble solitario de una considerable altura, tras éste árbol, hay una especie de barranco, este es el fondo, miro hacia arriba y veo el borde el suelo con una barandilla oxidada, para que la gente no se caiga.
-Mira en el tronco de ése árbol.-dice alargando el brazo, señalando al roble.
-Mira tú.-digo apartando su brazo, que antes señalaba al árbol, de delante de mi cara.
-El vid ...- empieza mordiéndose el labio inferior.
-¡Vale, vale! Ya voy.-exclamo alzando las palmas de las manos, mirándolo, seguidamente, abro la puerta del copiloto.
Al pisar el suelo, las piedrecitas del camino se clavan en la planta de mi pie, como recordareis, estoy descalza y en pijama.
Me acerco al árbol indicado pasando del tacto de la tierra seca a la húmeda hierba que roza mis espinillas, me pongo de cuclillas junto al árbol, mirando a la parte baja del tronco, donde veo una nota de papel con algo escrito en n***o.
" La próxima vez piensatelo dos veces antes de pegar a Manuel Peña .
Vendetta ".
Seguidamente, oigo el ruido de un motor a mis espaldas, me giro rápidamente, haciendo que mi cuello cruja por el movimiento brusco, miro y veo al BMW n***o recorriendo el camino por el que hemos venido antes, y, en la ventana del piloto, veo la cabeza de Manuel, el cual se ríe a carcajadas mientras se aleja.
Será hijo de p ...
Se ha metido con quien no debe.
Clara le devolverá el golpe.
Y le va a doler.
(...)
Llevo dos malditas horas recorriendo el maldito camino de maldita tierra amarillenta porque el maldito de Manuel es un maldito gilipollas.
El gilipollas me dejo aquí a las siete y cuarto ... ¡Y son las nueve y diecisiete! Bueno, vale, dos horas y dos minutos, perdonadme la vida.
A lo lejos veo unos edificios altos de negocios, y, al instante, los reconozco. ¡Aleluya! Ya queda poco.
Poco para planear mi venganza contra el gorila.
Se me forma una sonrisa diabólica en la boca.
Lo peor es que cuando Manuel me sacó de allí, no pude coger el móvil, seguramente mis padres estarán como alma que le lleva el diablo porque llevan dos horas sin tener señales de vida de parte mía.
Mis pies entran en contacto con asfalto, carretera de color grisáceo desgastado, miro hacia el frente, estoy a cinco minutos de llegar a la ciudad, perfecto. Aligero el paso, para llegar cuanto antes y planear mi venganza.
Se va arrepentir.
(...)
¡Por fin! ¡POR FIN! Ya estoy frente al umbral de mi casa, con mis pantalones rosas y la parte baja de la camiseta gris llenos de polvo amarillento, los pies me duelen horrores, llevo mas de dos horas caminando descalza sobre piedras, y, como si fuera poco, por el camino, uno de los tirantes de la parte de arriba del pijama se rompió, y tuvo que hacer un nudo para que se sujetase.
Llamo con los nudillos a la puerta fuertemente, y, a los segundos, ésta se abre dejandome ver a la figura de mi hermano ya vestido de forma más cómoda, me inspecciona con la mirada, clavando sus verdes ojos en mí desde mi pelo, despeinado , hasta mis pies, que ahora mismo no están en su mejor momento.
-Te han intentado asesinar, ¿o como? -Pregunta alzando una ceja.
Gruño y lo aparto hacia un lado con mi brazo derecho, dejandome vía libre, pisando la madera, que ahora mismo su tacto me parece como estar caminando sobre almohadas en comparación con la del camino de vuelta hacia aquí, subo las escaleras marrones y entro en mi cuarto, cerrando la puerta tras de mí y sentándome en mi cama para inspeccionar las plantas de mis pies.
Están llenas de pequeñas heridas, debería limpiarlas, pero, por experiencia en herida, va a escocer.
Me acerco al baño y cojo el alcohol, me siento en la tapa del váter, lo vierto en un algodón y lo acerco a las heridas. ¡MIERDA! ¡ESTO DUELE COMO SI ME CLAVARAN MIL Y UNA NAVAJAS DIMINUTAS EN LA PLANTA DEL PIE! ¡VOY A MATAR AL QUE INVENTÓ ESTA COSA DEL DIABLO !.
Cuando mi yo asesina se relaja y esta tranquila, sigo curandome las heridas poco a poco e intentando decir la mínima cantidad de palabrotas posibles, destaco el intentando.
-ME CAGO EN LA DESGRACIADA A LA QUE SE LE OCURRIÓ DAR A LUZ AL CREADOR DE ESTA MIERDA.-grito mordiéndome el dorso de la mano, el cual tiene ya mis dientes marcados, como siga así voy a hacerme sangre.
Termino de usar ese artilugio de satanás y me siento en mi comoda alfombra blanca con una libreta, para empezar a planear mi venganza contra el gorila.