Capítulo 16

947 Words
Miro hacia el artilugio satánico que me ha despertado con odio y seguidamente le doy un manotazo, lo que le hace callarse. Me levanto estirando todo mi cuerpo mientras bostezo y me doy cuenta de algo. Hoy es viernes. Mañana me voy con el gorila a Dios sabe que sitio a una boda. Algo en mi cuerpo me dice que eso va a acabar mal, pero aparte esos pensamientos de mi mente mientras me dirijo a saltos por las escaleras de madera oscuras. Oigo un tarareo que procede del baño, así que con sigilo me acerco y miro por la pequeña abertura de la puerta. Veo a Marco depilándose. No puedo ... Cierro y me voy conteniendo las fuertes carcajadas que aguardan por salir mientras subo las escaleras de mi cuarto, entro por el marco de la puerta y agarro mi teléfono y vuelvo a bajar a toda velocidad mientras abro la cámara y grabo por el hueco sin que se entere. Hasta que caigo en algo ... ¡ESA CUCHILLA ES MÍA! Abro de una patada el baño. La cara de confusión de Marco no tiene precio. -¡SUELTA ESE ARTILUGIO DEPILATORIO AHORA MISMO! -Exclamo estirando el brazo con la palma abierta. Mi hermano, la lanza al aire, y yo la cojo al vuelo saltando hasta que llega a mi mano. -Y ahora dime ... ¿¡QUE MIERDA HACES DEPILANDOTE LAS PIERNAS !? - Exclamo. -Emmm ...- Empieza a mirar a todos lados menos a mí. -No, es que sinceramente, prefiero no saberlo.-Finalizo mirando hacia un lado con mis palmas abiertas delante mio, impidiendome ver a mi hermano. Mi hermano esta mudo de la vergüenza, nunca le había visto así, y estoy poniendo todas mis fuerzas para no reírme. Agarro con una mano la cuchilla y el teléfono y con la otra me tapó la boca mientras subo a toda velocidad hacia mi cuarto. Al pasar por el marco de la puerta, cerrando ésta tras de mi y apoyando la espalda contra la madera separo mi palma de los labios y suelto las carcajadas anteriormente reprimidas. Y creía que hoy iba a ser un día de mierda. Alzo una sonrisa de oreja a oreja, y con esta en mi cara me dirijo al baño, donde voy a lavar mi cuchilla a fondo del ADN que mi hermano pueda haber dejado ahí. Cualquier tipo de resto humano debe ser aniquilado. (...) He decidido que me voy a comprar otra cuchilla, pues, el pelo no solo crece en la cabeza, axilas y piernas. No se si sabéis a donde quiero llegar. Con sólo pensar donde se habrá depilado mi hermano me hace tener ganas de arrancarme los ojos y cortarme las manos. Pero luego pienso que tendré que clean toda la sangre y se me pasa. Cuando oigo el pitido que hace la maquina registradora al imprimir el ticket en el que marca, entre la fecha, hora y quien me ha atendido, el producto y su precio correspondiente. Salgo de allí con una sonrisa educada despidiéndome y metiendo la cuchilla en un bolsillo de mi bolso, dentro del cual suena una llamada. Busco entre los bolsillos, siguiendo la música de mi tono de llamada, que cada vez empieza a sonar a un volumen mas alto, siguiendo la musica lo encuentro en el bolsillo exterior, y miro el nombre del ser vivo que esta a la otra linea. Manuel. ¡Dios, que te he hecho yo! ¡He sido buena mientras dormía! Cuando me doy cuenta de que mis plegarias son en vano, cojo el móvil, y, realizando un acto del que me voy a arrepentir en un futuro no muy lejano, descuelgo el teléfono y me lo pongo junto a la oreja. -Que.-Contesto en el tono mas borde e irritante que mis cuerdas vocales pueden llegar a reproducir. -Tienes que venir.-Contesta al igual que yo, en tono no muy agradable. Bueno, desagradable es siempre. Suelto una carcajada seca.-¡JA! Que chiste mas bueno, que sí, adi... -Como me vuelvas a hacer lo de ayer te vas a enterar de quien es Manuel Peña. -Dios mío, estoy temblando.-Digo con tono irónica, pero, en realidad, mi cuerpo no estaba lo que se dice, quieto. -Tienes que venir. -No me puedes obligar. -Si. -Que no. -Que si. -Que he dicho que no. -¡Clara!¡Me cago en ti!¡Si no quieres que le enseñe el puto vídeo a todo el instituto hazme caso, coño, ese era el maldito trato!-Exclama ya perdiendo los nervios. -¡Y si tu no quieres que le enseñe la puta foto de Woody a todo el instituto también no me obligues a hacer algo que no quiero!-Grito pasando por alto que la gente de mi alrededor me mira de forma extraña. -No tienes esa foto, la dejaste en mi casa.-Dice en voz tranquila y pausada, se le estará atemperando el enfado. -¿Ah, sí? ¿De verdad, crees, que soy tan ilusa como dejar una foto como esa en tu casa sin hacerle una foto antes?-Pregunto con voz cautelosa. Oigo que maldice por lo bajo y eso me hace soltar una débil carcajada. -¿Algo más? Bueno, aunque lo haya dudo que me interese, así que, adiós.-Me despido y sin darle tiempo a contestar, cuelgo el teléfono. Esto es muy divertido. Se me alza una maliciosa sonrisa típica de mí. Miro el reloj del teléfono. Tengo media hora para estar en clase. Me dirijo a la parada de autobús mas cercana y miro el tiempo restante para que llegue el que yo necesito, pero, no me hace falta, pues, lo veo doblando la esquina, saco mi tarjeta. (...) -Como veréis, Shakespeare escribió durante su vida una bla... Bla... Bla... Yo seguía fingiendo que escuchaba a la profesora con la barbilla apoyada en la palma de la mano y el codo sobre la mesa. -Una de sus obras de mayor éxito fue Romeo y Julieta... En ese momento doy un Respingo alzando la cabeza. Os parecerá extraño que ésta sea mi novela favorita y no alguna como las que se ponen de moda ahora de Jhon Green o cosas así. Pero ya deberías saberlo. Yo no soy normal.
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