Capítulo 8

1258 Words
Escojo para ponerme hoy un vaquero azul marino, una camisa blanca y un jersey granate, con unas zapatillas blancas como calzado. Me pongo un colgante plateado como complemento y cojo una bolsa de tela beige en donde meto el chándal del instituto, que consta de un pantalón corto azul con una linea blanca fina en los bajos, una camiseta blanca simple y unas zapatillas cualquiera. Deposito la bolsa encima de la cama para adentrarme en el baño, donde me echo un poco de rímel y colorete, disimulando el bello manchón morado como una berenjena que descansa en mi mejilla. Me lavo los dientes y me cepillo el pelo, quedando ya lista para salir, y en el momento en el que poso un pie fuera del baño y dentro de mi cuarto, como si hubiera pisado un interruptor mi hermano grita. -¡CLARA! ¿¡PARA ESTE AÑO O PARA EL SIGUIENTE!? - exclama desde el piso de abajo. Agarro mi bolso y me coloco la mochila a la espalda, cojo el teléfono móvil, silenciado, y lo meto en el bolsillo del vaquero, bajando a saltos las escaleras como un caballo salvaje. Al llegar al piso de abajo me encuentro a mi hermano con el hombro apoyado en el marco de la puerta ya abierta, dando vueltas a las llaves del coche en sus dedos, se percata de mi presencia y me mira con las cejas alzadas. -¿Lista? -Lista. Se pone firme y sale por la puerta extendiendo el brazo mientras abre el coche, a lo que inmediatamente entramos y arranca llevándonos en dirección al instituto Williams. Al llegar me encuentro a Eva en la misma posición de ayer, bajo el árbol con un libro. -¡Hola! -La saludo, sentándome con las piernas cruzadas frente a ella. -¡Hola! ¿Qué paso ayer que no me contaste nada? -No paso nada.-respondo apoyando mi barbilla en las palmas de mis manos, con los codos sobre mis muslos. -¿Y de que hablabais tan cerca en el pasillo? -Pregunta con mirada de asesino serial. -Nada, solamente nos insultabamos, nada nuevo.-contesto rodando los ojos. -Ya ya ...- dice sonriendo maliciosamente. Entonces, salvada por la campana, suena el timbre y tiro del brazo de mi amiga arrastrándola por la hierba. -¡Oye! ¡Para, fiera! Como si te gustase el colegio.-dice recolocandose la chaqueta azul marino, la cual yo le he dado de si. -Por lo menos toca una clase que me gusta. -Respondo soplando un mechón que cruzaba mi cara, entorpeciendo mi campo de visión, ahora puedo ver la cárcel penitenciaria en su totalidad. Pasamos por clase para dejar la mochila y nos vamos directamente al aula de arte, que esta un piso paredes mas arriba, al entrar en el aula de cuatro blancas, las de los lados llenas de baldas con cuadros y trabajos de otros alumnos, una con una gran pizarra verde oscuro en la que han escrito con anterioridad la fecha, recordándonos que es jueves y nos queda un día mas de sufrimiento. Y en la pared sobrante hay un dibujo hecho por nuestro profesor de plástica, que cubre toda la pared, es un lago rodeado de pinos en un amanecer claro y luminoso, con unos pájaros recorriendo el cielo, y una manta de cuadros rojos y blancos junto al agua, a mi personalmente siempre me ha asombrado, nunca pensé que una pintura pudiese transmitir tanta tranquilidad. Recibo una colleja en la coronilla por parte de Eva, y eso me hace volver a la realidad. -¡Clara! Estas embobada. Vamos a sentarnos.-dice tirando de mi codo hacia nuestro sitio al principio de la clase. Nos sentamos y empezamos a hablar de temas triviales, exámenes, deberes. El tema de Manuel no vuelve a salir, y eso es un alivio. El profesor entra, un hombre de pelo corto n***o con canas, gafas cuadradas colocadas en la punta de la nariz y vestido con una camisa de cuadros amarillos y naranjas y unos vaqueros azules rasgados. Cuando coloca sus carpetas y hojas desordenadas en su escritorio, nos mira fijamente. -Hoy empezaremos una maqueta en la que tendréis que hacer una maqueta de un edificio, pintarla, y ponerle una corriente eléctrica, dando a luz unas bombillas que se pueden iluminar, cuanto más disimulados y estén estén, mejor será la nota, habrá grupos de tres, y como siempre, los haré yo. -toda la clase hace un gemido en queja.-Sin rechistar, se podrá cambiar el grupo si todos estan de estan de, pero como vea que habláis y no trabajáis os separo. Inmediatamente, haciendo caso omiso de quejas de parte de todos, saca una carpeta azul, en la que hay una hoja escrita en un ordenador, entonces empieza a leer. -Clara Rodríguez ... Carlos García ... Bien, al menos algún amigo mío. -Rodrigo Martinez. Vale, lo único que tengo en contra suya es que me llevo con Manuel y que es amigo del gorila, la verdad es que hasta ayer nunca había tenido contacto con él. Que, queríais que me tocase con el gilipollas, ¿eh? Que malas personas sois. El profesor termina de recitar la lista y, ¿sabeis qué? A la pobre Eva le ha tocado con Manuel y con otra chica que no conozco. Se me ocurre algo para ayudarla. Cuando el profesor nos ha mandado juntarnos por equipos para hablar del trabajo me dirijo a Rodrigo, al cual le toco el hombro cubierto por una tela blanca de la camiseta que lleva puesta, haciendo que se gire, y le pregunto. -¿Estarías dispuesto a cambiarte de equipo con Eva para que tu estés con Manuel y todos felices? -Pregunto juntando las manos en modo de suplica. -Por mi perfecto, pero tienen que aceptar todos los miembros de cada grupo. -Vale, voy a decírselo al profesor.-respondo levantandome del asiento en dirección a la mesa del profesor. Espero a que termine de atender a una chica que tiene una duda sobre el trabajo, y cuando terminan y la joven se va, apoyo las palmas de las manos en la madera oscura del escritorio y le digo. -¿Podría cambiarse Eva con Rodrigo de grupo, por favor? -Pido con la sonrisa mas angelical que me es posible hacer, como cuando de pequeña mi madre se encuentran a Marco atado debajo del sofá inconsciente y yo la mentía diciendo que había sido el cartero. -Vamos a preguntar al resto de los compañeros. A ver, Eva y Carlos no se quejaran por estar juntos, son amigos, la chica que no conozco seguramente pase de todo y tampoco diga nada, y Rodrigo y el gorila tampoco se molestarán por estar juntos, son mejores amigos. -¿Pueden venir los integrantes del equipo de la señorita Rodriguez y el señor Peña? -Exclama el profesor alzando la cabeza para ver a los alumnos que se acercan. Todos los llamados giran la cabeza y vienen extrañados, y cuando ya están junto a mi alrededor del escritorio del profesor, Eva pregunta. -¿Qué pasa? -La señorita Rodríguez me ha propuesto cambiar a la señorita Díaz por el señor Martínez en los grupos. -¡Gracias, Clara! -Exclama mi amiga abrazandome. -Silencio, Señor Martinez, ¿está usted de acuerdo? -Pregunta ahora mirando a Rodrigo. Este asiente mirándolo con firmeza. El profesor se gira hacia la chica la cual sigo sin saber su nombre y prosigue. -¿Y usted, señorita González? La chica se encoje de hombros y asiente en signo de indiferencia, seguidamente se recoloca su gorro gris, el cual le tapa de frente para arriba el pelo castaño oscuro que es casi n***o. -¿Señorita Díaz? Bueno, por su acción de antes supongo que no tiene nada en contra. -Claro que no, me parece perfecto.-responde Eva intentando contener la felicidad. Intentando. -¿Señor Peña? -Pregunta mirándolo sobre sus gafas de metal rectangulares. -Yo no estoy de acuerdo, sin embargo se me ha ocurrido otro cambio.-Responde mirándome a mí, no al profesor, con una sonrisa maliciosa. Sera hijo de la gran p ... Va a usar el vídeo en mi contra. Lo sé.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD