- - - - - Alaia —¿Cómo? —Nick me observa sin entender nada, pero una sonrisa quiere forzarse en sus labios. —Bueno, los papeles volvieron a mis manos, antes que el juez dicte sentencia, sin saberlo con exactitud mi mente y mi cuerpo ya habían vuelto a ser tuyos —sus dedos recorren mi cabello. Para mí, nuestra boda en Las Vegas, significo el día más feliz de mi vida, hasta que nacieron mis niños. —Ibas a casarte —afirma. Muerdo mi labio sabiendo que fue algo que no premedite. —La boda duraría poco, tengo un buen grupo de abogados —digo con tranquilidad, de alguna forma saldría bien librada de ello. Él me sonríe antes de dejar unos cuantos cortos besos en mis labios, dejamos de besarnos y abrazados, miramos a nuestros hijos jugar y correr en el parque con otros niños. (***) Baja

