¡Oh Dios mío, alguien había llegado! Emily pensó en que hubo la posibilidad de que los encontraran en la sala de la casa, en proceso de hacer el amor y se sintió avergonzada. Emily, corrió a la habitación, en cuanto entró cerró la puerta tras ella y fue al cuarto de baño para vestirse, podría ser Liliana y sería terriblemente vergonzoso que la encontrará medio desnuda en su habitación. Después de vestirse pasó las manos aún temblorosas por su cabello intentando peinarse un poco. Se miró al espejo y sintió un poco de vergüenza, sus labios estaban rojos e hinchados, su cuello, estaba enrojecido en algunas partes y en ese preciso instante, odió tener una piel tan delicada. Respiró profundo varias veces para intentar calmarse. —¡Estás loca, Emily Simmons!— se reprendió a sí misma, pensando

