Humillaciones…
La fecha del litigio fue pospuesta y precisamente en esos días sucedió que Evan Bragg fue elegido como el “hombre de negocios del año”. Muchas imágenes en fotografías agigantadas se desplegaron por varios sitios estratégicos de la ciudad, proclamando a los cuatro costados de la ciudad que un ejemplo a seguir en el mundo de los negocios.
Fue homenajeado por varias instituciones gubernamentales y privadas, fueron muchos los eventos a los que asistió para dar conferencias sobre estrategias de éxito de negocios. En esos días de tanta celebración y compromisos, no tuvo tiempo para pensar en Catalina. Poco tiempo después se reanuda la comparecencia ante el juzgado para seguir con la demanda contra la muchacha.
En esta oportunidad Steven acompañaba a su esposa y estaba atento a cómo se desarrollaba el evento legal. Empezó el abogado de parte de los Bragg interrogando a Catalina.
—La última vez que nos reunimos en ésta sala señora Majors, usted se refirió al señor Wilcox como un traidor, lo acusó de estar infiltrado en los negocios del señor Bragg— la voz del hombre era fuerte y clara cuando se dirigió a ella— ¿Tiene usted testigos de lo que asegura?
Ella respondió con voz clara y firme.
— Si, cuándo decidí trabajar para mi esposo el señor Steven Majors, él me confió que Peter Wilcox estaba trabajando para su corporación, de hecho la idea de publicidad que ofreció al señor Bragg, ya la había implantado en nuestra corporación, de esa manera creaban confusión para que toda la culpabilidad recayera sobre mí.
El hombre abrió los ojos ante lo que escuchaba.
— Entonces, ¿también acusa a su esposo, señora Majors?
Catalina continuó hablando sin que le temblará la voz al decir:
— Tanto Steven Majors,como el señor Wilcox se aliaron para arruinar al señor Evan Bragg, me lo dijo, también me pidió silencio, pero al ver que intentan arruinar mi reputación e imágen no pienso quedarme callada ante tanta injusticia, todos deben saber que éste señor — dijo señalando a Peter — no es lo que profesa ser,solo está allí buscando la oportunidad de sacar provecho para él enriquecerse con la ayuda del Steven, mi esposo.
El revuelo se creo de inmediato en la sala, el murmullo era incontrolable y el juez tuvo que golpear muchas veces con su mazo aquel estrado para llamar la atención de los presentes. Poco a poco, todo volvió a la normalidad, llamaron a Steven a sentarse en el banquillo para ser interrogado; él comenzó diciendo:
— Deben saber comprender a mi esposa, ella desde que me conoció me planteó la idea de arruinar a la corporación Bragg.
Ésta vez el silencio era sepulcral, todos estaban atentos a lo que salía de la boca de éste hombre.
—Me confió sus planes y yo por amor a ella la quise apoyar, ella fue vejada por Evan Bragg en diferentes oportunidades, al punto de abusar sexualmente de ella, embarazandola.
Catalina se levantó de un salto y el abogado la tomó firmemente por uno de sus brazos obligándola a sentarse nuevamente. Steven al ver la reacción de ella la aprovechó para decir:
—¡Mi amor, ya es tiempo de que todos se enteren del odio que despertó éste malnacido en tí, dije que iba a cuidarte y eso es lo que estoy haciendo!— Steven continuó diciéndo— cómo lo oyeron, Bragg sedujo a mi esposa, cuando era su asistente, la embarazó y luego la echó de la empresa ella vino ante mí pudiendo empleo, cuando la vi de inmediato me cautivó, decidí averiguar por qué estaba trabajando conmigo.
Ahora sí se levantó un murmullo de voces, nuevamente se llamó a la calma y Steven continuó su narración impávido.
— Catalina ha sufrido mucho por causa de Bragg, pero ahora es mi esposa y Mathias es mi hijo, ella tiene en mi vida el.lugar que siempre soñó con Bragg, Pero éste sola la quería como amante por considerarla una escort VIP, algo muy lejos de la realidad, pues mi eaposa es una mujer íntegra, de valores muy arraigados, por éso ella quiso arruinarlo trayendo hasta mí sus ideas de marketing y publicidad, yo no lo ví mal, me pareció justo.
Catalina no podía creer lo que Steven decía, mezclaba verdades con mentiras, obviamente que había hecho una buena investigación, Pero que capacidad de engaño tenía éste hombre, con su rostro dulce cautivaba a todos quedando él como el héroe que rescataba a la dama en peligro,hasta el juez se conmovió ante las palabras alturas y bien utilizadas de éste hombre.
Se levantó y solo puso una multa algo abultada por el supuesto delito de Catalina, cerrando aquel caso sin derecho a apelación de ningún tipo, solo era una querella por venganza y todo quedaba saldado con aquella sentencia, la muchacha entendió el porqué el anciano le había dicho que saldría bien de aquel enfrentamiento.Ese mismo día quedaron en pagar el supuesto agravio a la corporación.
Evan estaba estupefacto ante todo lo revelado allí en aquel recinto, hasta que punto Catalina era realmente culpable de lo que allí había sucedido, su mente estaba ahora más llena de confusión que antes. Peter Wilcox se acercó a él e intentó explicar lo sucedido.
— ¡Me alegra que todo ésto haya terminado! ¡Qué mujer tan enredadora!— dijo con voz llena de indignación.
Evan lo miró y dijo:
—¡Tantas veces que Mike quiso advertirme sobre tí y no le dejé, eres la peor basura que haya existido en mi familia Peter, por favor desaparece de mi vida, cuando vaya a la empresa no quiero ver ni la cabeza de un alfiler que te haya pertenecido! ¡Fuera de mi vista!
—¿Vas a creer en esa mujer? ¡Soy tu familia!— se defendió ante Evan.
— ¡Eres escoria!— exclamó Evan — ¡Quítate de en medio!
Lo empujó saliendo de aquel lugar lleno de rabia e indignación, nuevamente su primo lo había engañado, porque ésto tenía que ser cierto, Catalina estaba diciendo la verdad, los que no entendía era porque Majors decía cosas que no era ciertas, esto lo tenía confundido, necesitaba hablar con Catalina, pero ése día sería imposible, Steven Majors era como una guardián rabioso pegado a ella.
Catalina estaba también llena de indignación, pero con su esposo, éste intentó tomar su brazo en varias oportunidades y ella se zafó sin contemplaciones.
—¡Cata , no te pongas así! ¡Ve que todo salió bien!— exclamó él.
—¿¡Bien!? ¡Exponiendo mi vida privada a tu conveniencia, diciendo una sarta de mentiras!— respondió ella alzando la voz — ¡Estoy harta de seguir tu juego Steven Majors! ¡Déjame caminar en paz y no te atrevas a tocarme!
Lo empujó y de inmediato se metió en el auto cerrando la puerta y dejándolo fuera, él no tuvo más remedio que ir a la parte delantera con el chofer, pues ella pasó seguro, estaba muy enojada. Ya en casa Steven nuevamente retomó la conversación y empezó diciendo:
— No entiendo, ¿Por qué estás tan indignada? Solo pagaste una ínfima multa, ¿es el dinero lo que te tiene así?
Ella lo miró sin poder creer lo.que oía,movió la cabeza en un gesto de frustración y respondió:
—¿Tú crees que me importa un ápice tu dinero? ¡Qué cara dura eres Steven Majors! ¡Me expusiste públicamente! Y todavía preguntas, por qué estoy así, eres un mentiroso, te encanta manejar las oportunidades para sacar provecho, la verdad me sorprende tu descaro.
— Lo que dije lo hice para humillar a ese mal nacido, eres mi mujer y nadie te humilla — se defendió él.
—¿Nadie me humilla? Me imagino que ese derecho re lo reservaste tú, porque justamente eso acabas de hacer delante de todos los que se encontraban allí presentes— la voz de Catalina era un siseo.
Los ojos de ella brillaban como chispas de fuego cuando le dijo marcando cada palabra:
— Ahora te tendrás que aguantar, porque pienso ir y hablar con Evan Bragg y darle una explicación.
— ¡Te lo prohibo!— exclamó él.
Ella lo enfrentó y respondió:
— ¡No eres nadie Steven, me escuchaste, acabas de perder tus derechos sobre mí!