El juego de la seducción

1530 Words

Entré a la habitación que Lisandro me había señalado con las piernas temblando y el cuerpo hecho un incendio. Cerré la puerta detrás de mí y me quedé ahí, apoyada contra la madera, respirando como si hubiera corrido una maratón. El pent-house estaba en silencio, pero sus palabras todavía resonaban en mi cabeza: “No te toques demasiado pensando en lo que no te di”. Ese hombre era un diablo con cara de ángel, y yo, un ratoncito asustado que no sabía si correr o tirarse a sus garras. La habitación era lujosa, como todo lo que tocaba Lisandro: una cama enorme con sábanas negras que parecían invitar al pecado, paredes blancas como el exterior, y un ventanal que dejaba ver la mejor postal de Buenos Aires como si fuera un espectáculo solo para mí. Me tiré en la cama, todavía con el vestido p

Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD