Facundo
—¿Qué pasa, nene? —dijo mi tío entrando al depósito.
—Nada, ¿por?
—Sé que te cae mal ese chico, pero nunca habías hecho algo así.
Me quedé mirándolo unos segundos antes de girar la cara.
—No me pasa nada, tío.
—Ahora mírame a la cara y sé sincero.
Solté un suspiro sabiendo que eso siempre funcionaba, él podía saber qué me pasaba con mirarme solamente, era como un super poder que tenía, o podía empezar a pensar como adulto y decir que me conocía lo suficiente para saber cuando mentía y cuando no. Solté un suspiro antes de volver a mirarlo.
—No te puedo contar ahora, es mucho para digerir para mí...
—¿En qué quilombo te metiste?
—Creo que en ninguno.
Él me observó como queriendo sacar lo que me pasaba, pero sabía que no iba a poder, no era algo fácil de descifrar, no vinie
