Facundo Escuché al trío de tarados hablar afuera, pero no podía entender bien qué era lo que decían, aunque no parecía que estaban conversando. Atendí a los que estaban adentro, salí de atrás del mostrador y me paré en la puerta de entrada, miré para los dos lados de la vereda, pero ya no estaban. De repente, mi celular sonó en mi bolsillo, lo saqué y miré la pantalla, era un mensaje de Sebastián pidiéndome disculpas por lo que había hecho su amigo. Me pareció raro que primero lo sacara de acá y ahora me pidiera disculpas en su nombre, el Sebastián que conocía no era así. Le saqué una captura a sus mensajes y se la mandé a Gabo escribiendo como pie de foto que más tarde quería hablar con él. Sebastián se volvía cada vez más incomprensible para mí, su forma de ser había cambiado bastante d

