Aclararlo

1723 Words
Aurora pensó en avergonzar un poco más a su padre y no aparecer a la cena, pero la familia de Patrick podría conseguir que su padre se pusiese más insoportable de lo que estaba, por lo que se alistó y fue a la casa de Jane y Adam Luthor, le encantó el lugar con solo llegar. Una casa hexagonal con tres pisos, bastante grande porque era una familia enorme y un jardín impresionante que invitaba a quedarse al instante. Tarde como siempre, se dijo al ver el reloj, pero no salió del auto porque estaba nerviosa pro encontrarse con Patrick, el hombre que saca su lado más dulce, su lado s****l y el más inseguro de todas sus versiones en un mismo momento. Además, su familia le resultaba agobiante y Patrick no tiene pinta de ser un hombre dispuesto a alejarse de sus hermanos por orden o deseo de su nueva esposa. Vio a los niños corriendo unos detrás de los otros. Uno se acercó a su ventana y pegó la carita, ella sonrió y bajó la ventana. —Hola. —¿Quién eres tú? —Ella es Aurora. Hola, ¿te acuerdas de mí? Soy Jana. —Jana, hola —Le saludó igual como si fueran viejas amigas. —¿Te acuerdas como me llamo yo? —ella se puso el dedo en la barbilla. —Obvio, Una. Le llamaba mucho la atención los nombres de los nietos Luthor, definitivamente eran muy especiales. —Sí, sí, sabes. —Yo soy Far, quieres que te ayude a bajarte. —Claro, gracias. —Dijo ella y sacó el pastel y salió del auto. La joven ingresó junto a los niños y se sorprendió al ver a su padre cocinando junto a Jane Luthor, ella estaba explicándole algo mientras su esposo abría una botella de vino. —Hola, Aurora, todos están en el jardín. Es una noche precisa para cenar fuera. —le dijo Adam mientras le ayudaba con el pastel, luego le saludó con un beso en la mejilla y le preguntó si quería una copa de vino. —¿No hay nada más fuerte? —preguntó en un tono que solo ellos dos escucharon. Adam le hizo una seña para que le acompañara al minibar. —Preocupantemente, mi hija tiene esta receta de contrabando y tenemos unos whiskys muy añejos. —¿Los dos? —preguntó en tono bajo y Adam rió. —No soy una borracha, pero, su familia no es fácil y mi papá quiere que yo cometa s******o —El hombre volvió a reír. —Los padres queremos lo mejor para nuestros hijos, que esté fastidiando a Patrick por meterse contigo es natural. —Natural es dejarme ser. —Eso es imposible, Aurora. —¿Quieres probar? —Los dos asintieron. Luthor les sirvió y los dos rieron. —Esto es alcohol de guerra. —¿Tú crees? —Lo sé —Aurora vio a su padre y Patrick se metió en la barra. —Aurora llegas tarde. —Sí. —¿Y te estás emborrando con mi papá? —Sí. —Respondió y le sonrió. —¿Quieres venir afuera? —¿Me das otro de estos? Adam le sirvió un poco más y le prometió llevarle uno en unos minutos. Ella siguió a Patrick en silencio. Él le tomó de la mano y ella intentó alejarse y él aseguró el agarre enlazando sus dedos y le dio una mirada a Aurora quien decidió disfrutar de su bebida a tope. —Ey, Aurora —Le saludó Meredith. —Hola. Al menos alguien había cambiado su opinión hacia ella. La joven se disculpó para ir por una bebida. Ada la esposa de Arturo, estaba hablando con un par de pequeños, mientras Adrian parecía estar a punto de matar a su hijo. —Porque lo digo yo, ahora desaparece —Patrick asintió. —Excelente técnica de paternidad. —bromeó Patrick. —Es un cabrón con su hermana y me está cansando. —Si no lo despertaras a las tres de la mañana estaría de mejor humor. —bromea Ada. —Hola, Aurora. —Hola, gracias por todas las flores, mi apartamento es pequeño, pueden dejar de enviar. —los dos se rieron. —Hola, Aurora, le presentas a mi esposo a tu papá. —pregunta Serena y Facundo asiente. —Estoy enamorado de ese hombre. Patrick escucha a su hija, pidiéndole a su abuelo una pasantía sin sueldo en la empresa y frunce el ceño. —El tío Drake dijo que te tenía que pedir permiso a ti, y papá me dijo que te tenía que pedir permiso a ti. —¿A cuál puesto aspiras? —pregunta Bradford. —No sé, asistente de asistente, copias, café, ¿tortura? —Puedes ser la secretaria de mi secretaria, eso sí, soy estricto. —Meredith, con mi papá no es un juego. Es estricto de verdad. No, definitivamente no. ¿Podemos no hacer esto? —Tú aprendiste muy bien. —Me llamaste incompetente emocional antes de venir aquí. —Nunca he usado una palabra como esa, Aurora. Para referirme a ti. —Todos agradecieron la aclaración porque Bradford tenía una fama de ser un jefe exigente e intransigente. —Acepto, no quiero que me lo regalen. —Meredith, soy tu madrina y tu abuela. No vas a dejar el colegio ni la música, eres una artista y vas a seguir siéndolo. No puedes enojarte con tu futuro porque tu mamá se murió. Se acabó la discusión. —Le dice y sigue caminando hacia la mesa. —A cenar, todos. La cena está lista. Aurora notó que todos amaban la personalidad de Bradford, básicamente porque todos son empresarios y entendían sus chistes. Patrick le puso una mano en la rodilla y se inclinó hacia su oído. —Eso de allá es osobuco, puede que no te guste, aquello cola de cerdo, las comidas prolonga vida de mi papá —Ella sonrió. —La sopa de adelgazar de mi hermana, que sabe rica, pero, ácida, luego hay un pan tostado, buenísimo que trae Adrian y si le echas queso crema, buenísimo. —Ella se gira para mirarle. —No comas pollo, Lorelai, lo cocinó y siempre le queda seco y aquel es el pollo de Ada que todo el mundo se está hartando. —Déjenme comida —les dice a sus hermanos y les hace una seña para que les pasen la bandeja. Ellos ríen y ella le pregunta por el puré de yuca. —Lo hizo mamá, es rico en mantequilla. —Uuuh—los dos sonríen. —¿Patrick, qué es lo que no se puede comer?—le pregunta Serena. —Todo está muy bueno, pero me gustaría que no cayera en un plato exótico familiar, como tu sopa de zuchini para perder peso o el pollo de dieta de Lorelai. —Mi pollo es muy bueno. —Tu pollo es… una buena propuesta —dice Karl y todos ríen. —El rico osobuco de papá no creo que sea de agrado de tu novia. —Tiene mucho colágeno. —Yo lo preparo en una salsa especial, a Patrick no le gustan las vísceras, solo carne magra—Se queja Jane y todos ríen. Aurora se aventura con el osobuco y Patrick no puede evitar mirarla. Se ríe mientras escucha a su hermano y a su cuñada discutir sobre tiempos de cocción, Adrian y su esposo intentan aguantarse la risa y finalmente estallan en carcajadas. Patrick ve a su hija sentada al lado de su abuela conversando. —Meredith estamos comiendo—le dice Jane y él le hace una seña a su hija. —Papá, tú eres el que manda. —Tu abuela manda, para tu información —las dos le miran esperando la aprobación de Patrick y todos le miran a él. —Tu abuela te manda y sí te estoy dando tiempo, pero no creo que tengas que abandonar todo. Ahora, económicamente hablando, el cambio es genial, sí, eres mi única hija, pero, no planeo mantenerte toda la vida ni voy a dejar que vivas en un apartamento con el portón malo y sin calefacción. —aurora y Patrick compartieron una mirada. —Bueno, algunos de nosotros no nacimos en una cuna de oro, no somos ricos de nacimiento. Mi papá fue a la guerra, ahorró, trabajó y compró su primera empresa, perdóname por no sentir que me merezco gastarme el dinero en un edificio de lujo… —Aurora, ¿cuánto gastas en esas uñas, las pestañas muy bien puestas y ese pelo? ¿Andas extensiones? Evidentemente, gastas el dinero de tu papá. La discusión entre Patrick y su novia fue interrumpida por los gritos de Jane, quien seguía a Meredith hasta su asiento —No voy a dejarte ser una amargada y frustrada porque la cagaste, llevas la sangre de mi mejor amiga, no te voy a dejar arruinar tu vida. No lo vas a dejar y punto. Todos se quedan en silencio cuando Meredith toma asiento y empieza a buscar qué hacer, Patrick les pregunta a ambos si pueden discutirlo en la mañana. Su madrastra busca su asiento en frente de Meredith para torturarla, Ada quien está al lado de su madre, le pregunta en un tono bajo: —¿Mamá puedes regañar a Adam y Alexis? —¿Qué están haciendo? —Discuten todo el día, todo el maldito día y voy a tirar a alguno de los dos del auto. —todos reímos. —¿Aurora porque vives en un mal apartamento? —pregunta el mayor de los Luthor. Aurora da un sorbo a su bebida y Adam sonríe, Patrick se cruza de brazos y mira a su novia en espera de una respuesta más coherente. —Aurora está probando los límites de mi paciencia, como una adolescente—Declara su padre. —El otro día le explicaba a Patrick. Yo tengo un papá, muy vivo, muy necio, no necesito dos metiendo con lo que gasto o en donde vivo. Patrick, imagínate que estoy contigo porque eres guapísimo y rico y necesito asegurar el linaje familiar y mi herencia. Si tú quieres mi útero, con mis genes, más te vale dejarme en paz y si tú quieres que esto funcione, la misma regla, déjame en paz. Aurora se puso en pie y abandonó la mesa.
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