Playa

1622 Words
Patrick se encontró con una Aurora increíblemente lista para irse a la playa. Tenía un montón de sombreros, grandísimos, bloqueador, botellas con bebidas hidratantes, su novio le ayudó a subir todas esas cosas que ella creía necesitar y le preguntó su quería pasar por algo más, ella le miró a los ojos y entendió que estaba bromeando. —Te traje una de estas. —Patrick vio la diadema y a su novia. —Es para que no te caiga el pelo en la cara. —¿Me voy a ver guapa? —Guapísima. —responde mientras él se inclina y se la coloca, Patrick, le da un beso en la mejilla y la acompaña al asiento de copiloto, ella saluda a Hugo que no le había visto y le encanta ver la sonrisa de Meredith, al menos ella no estaría la pasara la que pasara. Aurora pensó durante el camino que su papá tenía una idea loquísima, pero, decía una verdad que no podía negar, si ella no tenía un esposo e hijos, pronto no tendría a nadie cuando él muriera, sus amigos tenían vidas fabulosas, Leonel es un empresario importante en su campo, Pao tiene un esposo con el que planea una familia desde el minuto en el que se conocieron, y Pablo, al igual que ella no lo tenía claro, pero tenía un montón de hermanos y sobrinos, familia. Aurora los llevó por las escaleras de emergencia de Bradford y en la azotea se encontró con el piloto de su padre, él le saludó con un beso y un abrazo, ella le presentó con la tripulación, les saludó y les dio las indicaciones. —¿Podemos aterrizar cerca del yate? —Sí. —Dile al Capi que arranque y que nos topamos con Astrid en unos minutos. —Vale. —¿Hugo, quieres aprender? —¿Puedo? —pregunta, y Aurora asiente. —Cuidado nos matas Hugo—Le advierte Patrick. Aurora rodó los ojos y empujó a su novio al interior, Los Luthor no solían ser gente de lujos o de mar, mantenían un perfil económico y social excesivamente bajo, Aurora sabía que la gente sabía que tenía dinero y si bien no lo despilfarra, prefiere pasar un buen día con alguien a quien quiere, haciendo algo espectacular. Patrick vi a su yerno encantado con la clase y su hija con la vista, su familia tenía meses sin pasar el día tan bien. Cuando lograron aterrizar y pasarse al yate, el capitán les dio la bienvenida. Aurora, mira a Percy interesado con el navío así como su padre, sonríe y Meredith le pregunta si puede ayudarle con un par de trenzas y Aurora acepta, Sofía se ríe porque sus sobrinas no paran de alabar las trenzas de aurora. —¿Les gustó? —Sí, dicen que eres una princesa, pero, en tu reino, saben de trenzas y de otras princesas. —Jane está muy metida en eso, se las sabe todas. —Sí, es mega curioso y se aprende cosas muy específicas. —Sí, me tenía sudando con sus preguntas, la otra Sofí es más tranquila. —Sí, mi tocaya es más, veo, sé, pero no me importa, solo quiere verse divina. Lastres rieron y Patrick observó la facilidad con la cual aurora se ganaba los corazones de las chicas. Un mesero les repartió ceviche de mango, y todos agradecieron. —Hay cuatro habitaciones por si queremos quedarnos y vamos a ir a una islita privada. —¿Es tuya? —No, del papá de mi amigo, pero, la presta amigos y tiene cosas muy bonitas, podemos aburrirnos o divertirnos, lo que pase primero. Hay comida, televisión, internet, hay ganas de dormir, lo que tengan pueden hacerlo como en su casa. Aurora terminó de peinar a Meredith, y esta fue corriendo hacia su novio con la intención de descubrir cada espacio, Patrick les advirtió no cometer una locura ni una imprudencia. Su hija asintió, uy su novio la siguió, Percy sacó su lector electrónico, y fue hacia el bar, le preguntó al bartender qué tenía para refrescar. —Nada de alcohol a Romeo y Julieta, ehh —advierte. —A mí un Barco para dos y otro ceviche, que pinchada esto. —Se quejó y su hijastro se rió. —Dos más —pide Percy al ver a su papá acercarse. Patrick se sentó al lado de su novia y ella le miró, antes de preguntarle si disfrutaba el día. —Me ha encantado el viaje. —¿Eres de mar? —pregunta aurora. —No, yo soy más de tierra, pero… creo que voy a regalarme un velero. —¿Tú, un velero? —repitió su hijo. —Sí, para ir con el viento, pescar, intentar ahogarlos a ustedes tres. —Los tres vieron a Parker y Sofía, su hermano fue el primero en reírse, porque no podía entender ese tipo de amor, eternamente intenso y adolescente, que vivían su hermano. Y su cuñada. —¿Siempre son así? —Hasta cuando pelean son melosos. —Sí, son como el diario de una pasión, no sabes si odiarla o si vomitar. —aurora se rié y les dan los cocteles, el trío brinda y Parker se acerca por una bebida para ellos dos y convence a su hermano de acompañarles. Percy, se disculpa con su padre y su novia para ir a escuchar a Sofía y sus teorías románticas con mujeres de su agrado. Cuando llegan se dan cuenta de que sobra qué hacer, es una especie de parque de diversiones. El chef les avisa que pueden comer en cualquiera de ellos dos espacios, pero todos mueren por ir por un chapuzón primero. Patrick se a Aurora dispuesta a ir a cambiarse de vestido de baño, él le sigue y le pregunta por qué va a cambiarse. —Has escuchado que uno compra el vestido de baño hasta que viaja con la familia del novio ve lo inapropiado que es. No, de verdad a mí me da vergüenza, esos son tus hijos, y el novio de tu hija. ¡No! Me muero. —¿Conmigo no te da vergüenza? —No, con pancita, pero guapísima estoy. —Ay, Aurorita, te gusta provocar—ella asintió y fue a cambiarse, por un vestido de una sola pieza. Capítulo Aurora estaba encantada con los que se habían disfrutado el día, Alonso Pieth tenía en su isla, trampolines, deslizaderas, motos de agua y todo lo que le resultara divertido, era un hombre recursivo, tenía siete hijos, el sol cansa, ella gua y los juegos, algo tenía que funcionar. Los Luthor jugaron con las motos de aguas, las deslizaderas y hasta una guerra con pistolas de agua. Meredith hizo una pausa para ir a traer agua cuando escuchó a los empleados de Aurora en su propia conversación. —Definitivamente, ha cambiado, estos sería una guaruza con un poco de drogadictos. —La señora Bradford es lo más dulce lo que ha tenido, son malas amistades. —Una vez fiestera, siempre fiestera, además el papá todo se lo tapa. —Hola, ¿me dan unas botellas con agua, por favor? —pidió Meredith y les dio a todos una mala mirada, luego se fue con las botellas de agua y las repartió entre todos. Se alejó con sus hermanos y les contó lo que había escuchado. Ellos le dijeron que la gente cambiaba. —Mamá era muy fiestera con Jane y mira lo bien que se portaban después, o papá, tú relájate y conoces esta versión de Aury. —Sí, hace seis meses Percy ya hubiese ligado con la mesera. —Qué desagradables—Meredith se alejó y Patrick les propuso comer y ganar fuerzas, aurora estaba conversando en una hamaca y se veía agobiada. Ella se acercó al grupo y agradeció a su amiguita pro darle la vuelta a las señoras del refugio. Ella tomó asiento y todos comenzaron a servirse. Aurora estaba preocupada por Bianca, una de las mujeres del refugio que había regresado con su marido, el cual no solo le pega, sino qué lástima con clavos y cuanta cosa se le ocurre. —Aurora, ¿te pasó algo? —No, un problema en uno de los refugios, pero, vamos a poner más seguridad y quiero contratar más psicólogas. —La violencia doméstica es complicada, así como hay gente que disfruta maltratar, yo creo que hay algunos que disfrutan la situación de violencia. —comenta Sofía. —¿Qué es lo que haces Aurora? —Yo solo administro, muevo contactos y cosas similares para ayudarles, y además soy una especie de representante, parte del dinero se paga a abogados para que trabajen probono, que ayuden con casos, fáciles, difíciles, servicios psicológicos y médicos, algunos quedan muy heridas y últimamente ha habido una alza en la violencia hacia el hombre. Suena ridículo y los hombres denuncian menos, buscan ayuda menos, pero, tenemos diez hombres que a través de nosotros han logrado reubicarse, recibir terapia. —¿Recibes apoyo gubernamental? —Tenemos demasiado dinero y por ahora es una iniciativa nuestra, sin embargo, quiero que se nacionalice, así que vamos moviéndonos en esa dirección. —Qué caritativa y buena nos saliste —comenta Meredith y sus hermanos la ven incrédulo. —Sabes, la gente no cree en el cambio ajeno. Algunos de los empleados de mi padre me han visto hacer más de lo que un empleado de confianza debería, como vomitar por borracha o llenar el yate de gente y cobrar para comprar más alcohol, me he jalado tortas, pero tú te jalarás las tuyas. Con la única persona que me voy a disculpar por haberme pasado de copas o la fiesta que llevé es con mi padre, no contigo, Meredith.
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