Mejor

1777 Words
Patrick se sentía mucho mejor que antes, más tranquilo, más seguro más él. Se estaba vistiendo para la actividad de cuñada, cuando escuchó a su hija preguntar por un par de vestidos a sus hermanos y cuñada, ninguno sabía qué decir, así que se acercó a su papá con los dos vestidos. —¿Qué tipo de actividad es? —El cumpleaños de tu tía —responde divertido. —En el jardín de su casa Meredith. —Qué decía la invitación. —Fiesta en mi casa a partir de las seis, todos los Luthor y Aurora. —Voy a llamar a Shelby. —No hablen mucho —Le advierte Patrick. Patrick toma su teléfono para llamar a Aurora y se encuentra con un mensaje de Daniela. Daniela Hola, Pat, hoy fuimos al ginecólogo, todo bien, el bebé está bien. ¿Quieres ver el ultrasonido? Patrick pensó durante un par de minutos qué responderle, pero no encontró las palabras para decirle que sería parte de la vida de ese bebé, pero no de la suya, y estar compartiendo momentos como citas del ultrasonido no le hacía bien a nadie. Además, ya era noticia que estaba comprometido con aurora y en parte había al inicio había omitido decirle nada sobre el embarazo, luego, se le había olvidado, estaban yendo tan bien las cosas entre ellos que su última preocupación era Daniela y lo que quisiera hacer. Aurora ingresa a su habitación y le saluda, Patrick sonríe y se pone en pie para saludarla, Aurora le rodea con los brazos y le besa. —Papá—Meredith les interrumpo. —Ups, hola, Aury. Si es formal, te ves muy guapa. —¿De verdad? Este largo no sé. —Te ves guapa—le aseguró Meredith. —Gracias. Media hora más tarde la familia salió del apartamento, Patrick vio las calles. Demasiado tranquilas, el tráfico no estaba pesado, por lo que se alegró de haber salido justo a tiempo. Sus hermanos habían llegado antes en su mayoría. Adrian viene a saludarlo emocionado y todos le saludan con la misma euforia. —¿Patrick compraste un regalo de verdad?—pregunta su hermano mayor sorprendido. —Aurora dice que a todos nos sobra el dinero y nos gustan los detalles personalizados. —Claro, Aurora. Muchas gracias por explicarle. Todos ingresan a la casa y vana saludando a la familia. Serena demuestra su preocupación porque las encargadas de distraer son Jane y Ada, y esas dos, cuando van de shopping pueden tardarse una vida. Patrick fue por un par de bebidas para él y su novia, luego le encontró conversando con Carmen, la mamá de su culada, la mujer le besó ambas manos y le dio un abrazo. —Hijo, ¿cómo estás? —pregunta y le llena de besos. —Aurora es tu sol —Le dice y Patrick sonríe. Cuando le leyó las cartas la última vez, la suegra de su hermano había hablado de transformación, de una persona que llenaría su vida, los Luthor no solían ser supersticiosos, pero, Carmen siempre les decía cosas que se cumplían, así que en el momento decidió no emocionarse, pero aceptó sus palabras. —Bien, estoy mucho mejor. —La mujer se inclinó hacia él y tomó la mano de Aurora, en un tono bajo pero emocionado dijo: —Tu energía se siente radiante, fuerte, vibrante y muy s****l. Pronto van a tener un bebé. —¿De verdad? —pregunta Aurora. —Sí, hija y eso te va a dar un propósito y una fuerza, necesitas presentarle al mundo la mejor versión de ti, la verdadera Aurora. —Esta es mi mejor versión. —Tienes razón; has sido egoísta, borracha, fiestera y una pesadilla para tus seres queridos, has trabajado mucho para ser esta mujer buena y tranquila, pero tú no te perdonas, tú siente que no tienes un propósito y hasta que eso no pase, no vas a ser tu mejor versión. —Carmen, no empieces con tus cosas —le advierte su esposo y ella rueda los ojos. —Abuela Carmencita —dice Meredith e interrumpe. —¿Me lees las cartas? Necesito saber qué hacer con respecto a lo laboral, el dinero y un marido. —Su papá rueda los ojos y Carmen le promete enseñarle a amarrar un hombre. —Carmen—dice su esposo y todos ríen. —¿Cómo crees que estás aquí? Ehh, ehh. —Tata a ti hay que meterte en ** y verás como te llueven los clientes. —Si tan solo Adrian no se hubiese robado a mis niñas, todo sería fantástico. Regresen a la finca, no tengo suficiente de ustedes. —Adrian, qué mal hijo eres—dicen sus cuñados y todos ríen. —Ya viene, ya viene, ya viene. —Dice emocionado. —Todos evidentemente vamos a grita sorpresa y tirarle pétalos de rosas. Patrick sonríe ante la emoción de su hermano y sus cuñados se burlan de él. Samantha es la primera en entrar y todos hacen lo que Adrian ordenó, gritar sorpresa. Ella sonríe y ve a Jane detrás de ella quien le da una mirada que dice más de mil palabras, durante su día se chineo, Jane le había hablado de la importancia de celebrar la vida, porque no sabíamos en cuanto la perderíamos. Le contó sus grandes planes junto a Mercy para su cumpleaños número 60 y como no los podrán celebrar, Samantha entendió que a partir de ahora, cada día tenía que ser un regalo y la fiesta sorpresa de Adrian era la mejor manera de iniciar. Su esposo y sus hijos le abrazan y le felicitan de nuevo, los cinco le miran en espera de un regaño y ella simplemente da las gracias a todos y cada uno de ellos por estar ahí. La joven sale corriendo hacia su madre y la llena de besos. —¿Qué me depara el destino este año? —Amor, felicidad y familia. —Ay, qué corto —Dice Samantha y le llena de besos. Todos van en busca de asientos para conversar, Samantha por primera vez cuenta que el día que conoció a Adrian su mamá le leyó las cartas y en ellas anunciaban su llegada. Todos le preguntaron si le gustó desde el inicio. —Ay, no, se veía un poco pijo y deprimido. —A mí me gustó desde el primer momento, el hijo que siempre quise —Todos rieron ante el comentario de su suegro, Adriana se mueve y le abraza. —Yo sé cómo se conocieron mis papás, pero ¿tú y Abuelo? —No nos conocimos. Mis papás tenían caballos y ganado, sus papás mucha tierra, nos llevaron a la iglesia y nos ignoramos por casi un año. Hasta que mi mamá me iba a hacer una revisión para saber si era estéril u se dio cuenta de que éramos compañeros de casa —sus hijos ríen. —Después intentamos y a la primera tu tío y luego éramos familia y ya lo empecé a ver de cerca. Estaba guapo y dije: Carmencita déjatelo. —Una en la vida si no se aprovecha no gana —bromea Jane. Todos felicitan a Adrian por la calidad de la cena, el pastel tan impresionante para su esposa, el mariachi que contrató, él parecía haber tirado la casa por la ventana. Lo que más les impresionaba era la felicidad de Samantha. Aurora estaba impresionada pro la capacidad de los Luthor de dejarle en paz, por un instante, habían disfrutado de la fiesta de inicio a fin sin ninguna grosería de por medio y se sentía agradecida por ello, puesto que ella y Patrick estaban fenomenal, pero era obvio que les desestabilizaría la mala relación con su familia. Ahora que eso había cambiado no se sentía mal con la idea del matrimonio. La cumpleañera le pidió un baile a Patrick, el cual aceptó, los dos bailaban cuando ella comentó sorprendida: —Patrick, me compraste un regalo. —Sí, espero te guste, y si, no puedes siempre tener tu dinero de cumpleañera. —Gracias, ¿qué es? —Son unas tennis, la última vez que jugamos las tuyas parecían requerir un cambio. —Gracias —Replicó la mujer, porque ella, no había querido cambiarlas, pero, un regalo de su cuñad era la mejor excusa para hacerlo—Sabes siempre he pensado que te caigo mal. —¿Tú? —preguntó sorprendido. —¿Por qué? —La verdad, no sé. —Mira, cualquiera que tenga la habilidad de querer a mis hermanos es bendita ante mis ojos, pero lo que siempre me intriga es lo mucho que él te ama a ti. —¿En serio? —Haces muy feliz a Adrian, le amas de una forma que nadie le ha amado y le haces inmensamente feliz. —Él a mí también, la verdad es que somos afortunados de tenernos, de habernos encontrado—Responde la mujer. —Tú también te ves más feliz. —Me siento un poco más feliz, sabes. —Se nota. Patrick y aurora aprovecharon la despedida de sus hermanos para irse todos juntos, Meredith les dio un abrazo largo a sus tíos como si no los viera todos los días, Adrian sonrió y le preguntó si estaba bien. —Sí, solo los amo mucho —replicó la joven antes de subir a su auto. Parker decidió conducir y Aurora se sentó atrás al lado de su novio. Patrick le tomó de la mano y jugó con sus dedos. Meredith le miró a ambos y sonrío antes de continuar viendo por la ventana. Todos parecían cansados, eran las dos de la mañana, por lo que, fueron a sus respectivas, habitaciones. Patrick vio a su novia y le ayudó a desabrocharse el vestido, aurora sonrió y le dio las gracias. —¿La pasaste bien? —Sorprendentemente, bien—respondió y le lleno de besos, Aurora desabotonó la camisa de Patrick y continuó acariciando su piel mientras él le desnudaba, las cosas tomaron un rumbo lento y romántico, mejor de lo que cualquiera de los dos había esperado, Patrick, se dio cuenta de que estaban haciendo el amor y que no habían usado protección y de una forma u otra deseó que sucediera, porque si algo aprendió de su anterior matrimonio era que los hijos eran para todo la vida y quería todo de Aurora, desde su atención y su cariño una vida feliz juntos. Su novia estaba colocándose el pijama cuando preguntó: —Aurora, por qué no te mudas conmigo. —¿Estás… listo? —Me parece una estupidez ir y venir. Pasamos mucho tiempo juntos y vaso a casarnos, ¿qué esperas?
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