¿Si él cumple mis expectativas? Retiro el plato con mi mano libre de su caricia delicada, muy suave, demasiado estremecedora y enfoco mis orbes en las suyas. Las observo de tal manera que me siento parte de ellas; como si cayera en lo profundo de sus iris color azabache; de un n***o tan brillante que me embelesa. No quiero mentir; ni mentirme a mí misma. Sería demasiado cruel el engañarle. —¿Entonces, gitana? —pregunta interrumpiendo una respuesta que me cuesta gesticular; pues entiendo que después de mi monosílabo otro será el trato entre nosotros. Lo intuyo—. Es simple pero difícil, ¿verdad? —sus dedos dejan de tocarme los nudillos y soltando un suspiro de resignación se recarga en la silla—. Muy contradictorio, porque estoy bastante perturbado; y permitirle a un tipo perturbado

