Teo ingreso al despacho después de unas horas con la mujer que había dejado la nota, se veía de no más de 35 años. Había miedo en su mirada -sabes por qué te mande a llamar cierto? -señor, no se -estas segura - coloque la carta en la mesa, Isabella estaba parada a lado mío, coloco su mano en mi hombro ya que el tono que use no fue para nada amigable y tranquilo, se había negado a irse, le prometí que no le haría nada a esa mujer pero aún así ella insistió en quedarse, quería saber por qué esa mujer se había prestado a hacernos daño -cuál es tu nombre - preguntó Isabella tranquila, lo teníamos en los documentos pero igualmente lo pregunto creo que para que ella se sintiera cómoda -Mercedes señora -ya veo, Mercedes... Estas mintiendo, ese no es tu nombre verdad -Claro que si señora,