ETHAN ¡Joder! sentía mi rostro ardiendo, quemaba, el dolor es insoportable, estaba cubierto por un vendaje que únicamente dejaba libre mis fosas nasales. - Madi ¿Estás ahí? – Pocas veces he sentido temor, hoy es uno de esos días. - Señor Lennox me alegra que ya esté despierto, enseguida aviso a su esposa. – Parecía un niño asustado que necesitaba de su madre. - Ethan, mi amor. – La voz de Madi me tranquilizaba un poco, sus abrazos siempre son tan cálidos, ella es mi fortaleza. Enseguida ingresaron mis demás acompañantes; mi padre, los abuelos, Jazmín y la madre de Madi. Es frustrante tener el rostro cubierto y no poder mirar las expresiones de los demás. El médico ha explicado que permaneceré algunos días con el vendaje, le he prometido tener los cuidados necesarios para que me dejas

