—¡Sopla bebé! ¡No olvides pedir un deseo! —Gritamos al unísono mientras las ocho velas en el pastel de cumpleaños de Chloe iluminaban nuestra noche. Chloe sonrió y sopló con fuerza mientras cerraba los ojos para pedir su deseo. —¡Abuela, soplé como el lobo! —Chilla y la abracé con fuerza. Me cuesta creer que esta pequeña bebé tenga ocho años. —Sí bebé, pero no derribaste el pastel, por suerte —todos rieron. —Chloe, ¿le dijiste a tu tía de qué es el pastel que elegiste? —Le pregunta papá con una sonrisa. El pastel es por supuesto, de Frozen. Tiene tres pisos gigantes y me parece que estaremos comiéndolo por un mes. Es demasiado para las pocas personas que somos. —Tía, el primer piso es de chocolate relleno de nutella. Es segundo es de vainilla relleno de fresas y el tercero de vainilla

