Reinaldo, con un movimiento ágil y decidido, abrió el mensaje de Devon Johnson. Sus ojos, brillantes de ansiedad, recorrieron ávidamente las palabras que aparecieron en la pantalla: "Mi esposa y yo iremos a Polonia, pero pasaremos por Madrid, así que, veámonos a las dos de la tarde en el Four Seasons de Madrid. Estaré allí para darle la información acerca de la mujer." Una mezcla de emoción y ansiedad se dibujó en el rostro de Reinaldo. Sus labios se entreabrieron en una expresión de asombro, mientras sus dedos, ligeramente temblorosos, tecleaban una respuesta concisa: "Allí estaré." Respiró profundo, con el aire entrando y saliendo de sus pulmones en un ritmo irregular. Sus ojos, oscuros y penetrantes, se posaron nuevamente en la carta del misterioso remitente, y con voz baja y grave,

