La declaración posesiva de Reinaldo cayó sobre Charlotte como un hechizo, paralizándola por completo. Su mente daba vueltas, procesando las palabras que acababa de escuchar. «Ya dice... ¿Qué soy suya?»―pensó, sintiendo cómo su corazón se aceleraba de forma incontrolable. Lo que Reinaldo desconocía era el efecto profundo que aquellas palabras, "Eres mía", tenían sobre Charlotte. Actuaban como un gatillo en su mente, desencadenando una avalancha de emociones que la hacían enamorarse aún más de su pareja. Su cuerpo se tensó, su mirada se clavó en Reinaldo, y una oleada de deseo la inundó, más intensa que nunca. «Ay… estoy en peligro»―pensó ella con sus corazón dando un vuelco. Reinaldo, ya consumido por su posesividad, no podía soportar la idea de Charlotte estar con otros hombres y men

